Aunque este
fármaco ha provocado muchas risas, sirve de ayuda a personas que padecen una
enfermedad común. Es un agente pirazolopirimidinone antianginal, lo que
significa que ayuda a tratar la angina, la hipertensión, los colapsos cardíacos
y la arterioesclerosis. Lo consigue al dilatar los vasos sanguíneos de manera
que pueda fluir más sangre.
A juzgar por
la literatura que acompaña la patente, se tardó un tiempo en caer en la cuenta
de que podría ser un tratamiento útil para la impotencia. La presentación de la
patente WC 94/28902 el 9 de junio de 1993 reveló ese posible uso, ya que se le
describía como «un medicamento para el tratamiento curativo o profiláctico de la
disfunción eréctil de los animales machos, incluido el hombre». La patente EP
812845, de otros dos científicos de Pfizer, revela un modo efectivo para
fabricar el fármaco.
En un
principio este fármaco era importado de manera ilegal por los viajeros; hasta
que en marzo de 1998 su uso se aprobó en Estados Unidos. Aunque se habían
llevado a cabo estudios clínicos durante años, Pfizer seguía sin darse cuenta
del impacto que el medicamento tendría sobre los estilos de vida.
El consejero
Bill Steed dijo que se quedaba dormido delante del televisor escuchando los
chistes de un cómico para despertarse con los chistes de otro. Tanto el número
de prescripciones como la cuota de mercado de Pfizer se dispararon, y durante un
tiempo fue la droga (legal) que se vendía con más velocidad de toda la historia.
La campaña publicitaria incluía a Bob Dole, el que fuera candidato presidencial
republicano. Sin embargo, en Gran Bretaña existía la preocupación de que la
libre prescripción del fármaco acabara con el presupuesto del Servicio Nacional
de Sanidad.
También hubo
algunos casos de muerte entre los usuarios. Estas fueron causadas porque la
subida de tensión es un peligro potencial para aquellas personas que ya padecen
hipertensión, aunque también puede haber otros riesgos. En noviembre de 1998, la
Administración Federal de Drogas de Estados Unidos reportaba 155 muertes, la
mayoría por paros cardíacos. Los usuarios también pueden sufrir efectos
secundarios desagradables, como cefaleas, sofocos, dolores de estómago y
problemas leves de visión, por ejemplo.
Desde
entonces las ventas han decaído, pero la aceptación de los consumidores hacia el
Viagra sigue siendo enorme. Hay muchos sitios en internet que ofrecen vender el
producto. Unos científicos de la Universidad de Kentucky han creado un
vaporizador nasal que reduce el tiempo que tarda en hacer efecto el medicamento
de entre una y cinco horas a quince minutos. Se publicó como WC 99/66933.