Oceano Artico: Ubicación, Superficie, Flora, Fauna ,Clima ,Tierras Polares

El Océano Ártico: Ubicación, Superficie, Flora Fauna, Clima, Tierras Polares

Océano Glacial Ártico: Se extiende en la región del polo Norte y se halla rodeado de tierra en su mayor parte; por ello se le puede considerar como un mar mediterráneo que baña las costas de las regiones septentrionales de Asia, Europa y América.

Sus límites con el océano Pacífico son muy claros; en cambio, no lo son tanto con el océano Atlántico, por lo que varios geógrafos lo consideran como una dependencia de este último; no obstante, el límite entre las dos superficies marinas podría considerarse como constituido por la cadena submarina que va desde Escocia hasta Groenlandia, emergiendo en las islas Feroe y en Islandia.

Mapa del oceano artico

La superficie del océano Glacial Ártico es de unos 14.000.000 Km².

Se halla cubierto casi enteramente por una capa helada de unos 3.0 m. de espesor, formando vastos campos de hielo que las corrientes o las tempestades pueden dividir en fragmentos.

Cuando esta superficie adopta una forma caótica e irregular, toma el nombre de pack.

Por su parte, de los glaciares groenlandeses bajan al mar los icebergs, que son bloques de hielo de agua dulce que se diferencian de los marinos por el mayor brillo y por su coloración blanquecina o verde vidriosa.

Las aguas árticas son menos saladas que las de los otros mares; así, por ejemplo, se observa que en las zonas que rodean el polo la salinidad alcanza un índice del 21 x mil, mientras que la media del resto de los mares es del 35 por mil.

FAUNA DEL ÁRTICO:

Las regiones árticas, al contrario de lo que ocurre en las de la Antártida, tienen una fauna relativamente abundante, si bien, a consecuencia del clima, las condiciones ambientales son desfavorables durante gran parte del año.

Se encuentran varios mamíferos y aves, tanto terrestres como marinos, y numerosos insectos, entre ellos algunos mosquitos, particularmente agresivos durante los meses estivales.

LOBO ARTICO
Lobo Ártico
CARIBU FAUNA del oceano artico
Caribú
Perro Esquimal
Perro Esquimal
Liebre Polar Artico
Liebre Polar
Oso Gris Artico
Oso Gris
Morsa Polo Norte
Morsa
Zorro Polar
Zorro Polar
Oso Blanco Polo Norte
Oso Blanco
Buey almizclero
El buey almizclero, rumiante de la tundra

El mundo animal de la tundra es rico y variado.

En primer lugar se impone la comprobación de un hecho: la vida es más intensa en las aguas árticas que en tierra firme.

El mar, con sus variaciones de temperatura menos importantes, ofrece mejor protección.

Es menos sensible a los bruscos cambios de las condiciones atmosféricas que pueden desatarse en toda su violencia en las extensiones heladas.

or esto la mayoría de animales terrestres llevan una existencia errante.

En el Gran Norte, la tundra alimenta a herbívoros como el caribú, reno salvaje que se encuentra, especialmente, en Canadá.

Estos caribúes son verdaderos nómadas.

En verano, la delgada tundra de los barren grounds les basta para subsistir.

En otoño emigran a millares hacia sus distritos de invierno en la región de los lagos canadienses.

Emprenden siempre la misma ruta y este ciego instinto les es a menudo funesto, pues son numerosos sus enemigos, entre los cuales el hombre no es el menos importante.

Durante la primavera, las hembras son las primeras en partir y los machos las siguen pocos días después.

En ese momento, los animales sólo tienen piel sobre los huesos y los esquimales saben por experiencia que su carne es de mala calidad.

Los jóvenes nacen en la tundra del Norte. Luego empieza el viaje de regreso.

A veces a partir de julio. Hacia el mes de octubre, todos marchan hacia el Sur, hembras, machos y crías. Bien alimentados y objeto de la codicia de los cazadores...

Los caribúes están especialmente armados contra los rigores del clima: sus pezuñas hendidas son unos excelentes «zapatos» para la nieve.

Las patas están cubiertas de pelos tiesos que actúan sobre el hielo a modo de frenos.

La piel, grasa y cubierta de vello, es impermeable y asegura una excelente protección.

El buey almizclero es otro herbívoro digno de ser citado. Parece tanto un carnero como un bovino.

Los largos pelos que le cubren el cuerpo y las patas hacen que parezca un yak o un bisonte.

Los bueyes almizcleros son los únicos animales que viven en rebaños que invernan en la tundra y corren, por tanto, el riesgo de morirse de hambre.

Sin duda resisten muy bien las bajas temperaturas, y la rapidez de su marcha les permite distanciarse de sus enemigos.

Sin embargo, no se desplazan lejos para buscar su comida.

Comparados con el caribú, son unos sedentarios apegados al Ártico. Cuando las grandes extensiones se cubren de improviso de una capa de hielo, rebaños enteros de bueyes almizcleros mueren de hambre.

Como ocurrió en 1955-56.

El lobo es su más temible enemigo.

Este carnívoro causa verdaderos estragos en el Gran Norte.

Los zorros y otros carnívoros de menor importancia se contentan con los restos, si bien no desprecian los pequeños roedores, como los lemings y las liebres árticas que son igualmente apreciadas en su justo valor por los buhos.

Los pueblos eurasiáticos, principalmente los lapones, han domesticado el reno, del que depende toda su economía.

Se ven obligados a seguir los rebaños durante sus emigraciones y se esfuerzan en encontrarles los mejores pastos.

Las tiendas se instalan en los lugares donde los animales se detienen para apacentarse.

Todo procede del reno: la carne, la leche y las pieles que permiten la fabricación de vestidos, tiendas, calzados y patines para los trineos. Además, el reno es un excelente animal de tiro.

Tierras polares árticas.

Con este nombre se designan las tierras que se enfrentan al océano Glacial Ártico y que se hallan comprendidas dentro del círculo polar ártico; más exactamente, se consideran como tales las regiones situadas dentro de la isoterma de +10° C del mes más caliente, es decir, que incluyen todo el archipiélago ártico americano y Groenlandia, debiéndose excluir tan sólo la sección septentrional de Escandinavia, que, al estar afectada por la corriente del norte del Atlántico, goza de un clima sensiblemente mejor que las otras tierras situadas a la misma latitud.

El clima es, en efecto, el elemento unificador de estas regiones que, en otros aspectos, son muy diferentes.

Las tierras árticas no constituyen por sí solas una parte del mundo, como en el caso de la Antártida, sino que pertenecen a las grandes masas continentales próximas.

Se pueden distinguir, por lo tanto, las tierras polares europeas, las asiáticas y las americanas.

Las primeras comprenden la isla de Jan Mayen (372 Km² y una decena de habitantes) y las Svalbard (o sea las Spitsbergen, de 61.228,7 Km²; la isla de los Osos, 178 Km²; la Kong Karls Land, 330,6 Km²; Kvitóya, 265 Km², y Hopen 47,2 Km²: en conjunto 62.049,5 Km² y poco más de 1.000 h.), que pertenecen a Noruega; el archipiélago de Francisco José (18.939 Km² y 20 h.) y Nueva Zembla (81.280 Km² y 100 h.), pertenecientes a la Unión Soviética.

Las tierras polares asiáticas están formadas por el archipiélago de la Severnaya Zembla o Tierra del Norte, constituido por cuatro islas mayores (Bolchevique, 11.527 Km²; Revolución de Octubre, 13.992 Km²; Komsomolíets, 924,4 Km², y de los Pioneros, 1.649 Km²) y por muchos islotes y escollos, con una superficie total de 37.500 Km²; las islas Maly Taimir (364,5 Km²) y Schmidt (727,9 Km²), situadas respectivamente al SE. y al NO. de la Severnaya Zembla; la isla de. la Soledad (236,5 Km²) y las islas Wiese y Usakov; el archipiélago de la.Nueva Siberia (35.796,8 Km²), formado por nueve islas deshabitadas (Kotellni, 12.019 Km²; Fadievskii; Nueva Siberia, 21.320 Km²; Malli Liajovsk o Ljahov; Bolsoii Liajovsk; Belkov; Stolbovoi; Semenov y Vilkitzki) situadas entre el mar de Laptev y el mar de la Si-beria Oriental; las islas De Long, también deshabitadas (Bennet, 61 Km²; Jeannette, 81 Km²; Henriette, 283 Km²; Zohov, 162 Km², etc. r en total 789 Km²), situadas al NE. del archipiélago de la Nueva Siberia; la isla de Vrangel o Wran-gel (7.541,5 Km² y 60 h.) y la de Herald o Gerald (10 Km²), separadas del Extremo Oriente soviético por el estrecho de De Long.

Las tierras polares americanas comprenden Groenlandia (2.175.600 Km²) y el archipiélago ártico americano, que pertenece totalmente al Canadá.

Está formado por una vasta extensión de islas que constituyen la prolongación, en gran parte sumergida, del Escudo Canadiense.

Las principales son la Tierra de Baffin (512.183 Km²), las islas de Ellesmere (200.445 Km²), las islas Victoria (208.080 Km²), Banks (66.498 Km²), Príncipe de Gales (35.714 Km²), Somerset (24.944,5 Km²), el archipiélago de Parry —formado por las islas Melville (42.908 Km²), Ba-thurst (18.907 Km²), Príncipe Patrick (17.409,6 kilómetros cuadrados), Cornwallis (6.739 Km²) y Devon (55.960 Km²) — y el archipiélago de Sver-drup (islas Axel Heiberg, 35.315,8 Km²; Ellef Ringnes, 11.091,6 Km², y Amund Ringnes 4.586,4 kilómetros cuadrados), situadas al N. de los estrechos de McClure, Melville y Barrow.

Las tierras árticas están en parte pobladas por grupos humanos adaptados a las duras condiciones de vida que el ambiente impone.

Tales grupos son, principalmente, los lapones en Europa, los pueblos del norte de Siberia en Asia y los esquimales en América.

Niño EsquimalPor su escaso interés económico y por las difíciles o, a veces, imposibles condiciones de habitabilidad, las tierras polares árticas son poco conocidas.

Su exploración se remonta a la época de los descubrimientos geográficos, en los siglos XVI y XVII.

En efecto, al saberse que las tierras descubiertas por Colón no eran el Oriente asiático, sino un nuevo continente, se sintió la necesidad de superar este obstáculo opuesto a la navegación de Europa a Asia.

Por ello se emprendieron expediciones encaminadas a la búsqueda de un posible paso en el NO., a través del archipiélago ártico americano, o un paso al NE., costeando las tierras europeas y asiáticas bañadas por el océano Glacial Ártico.

Estas tentativas, si bien no dieron los frutos deseados, llevaron al conocimiento de este vasto mundo insular, cuyo aprovechamiento económico, sin embargo, ha demostrado ser tan precario, que la mayor parte de dichas islas, si se exceptúan Groenlandia (por la pesca) y las Spitsbergen (por los ricos y abundantes yacimientos carboníferos), están prácticamente deshabitadas.

Exploraciones.

El Ártico fue, desde el siglo XVI, meta de navegantes y exploradores.

El holandés Barentz, el inglés Hudson y el danés Bering se aventuraron entre sus aguas heladas para descubrir el secreto de aquella inmensa corteza de hielo.

En 1895 Fridtjof Nansen llegó hasta los 86° 14' de latitud N., límite superado en 1900 por el comandante Cagni (expedición del duque de los Abruzos), que alcanzó la latitud de 86° 34'. Por fin, el 6 de abril de 1909, el americano Peary llegó, tras inauditos esfuerzos y fatigas, al polo Norte, que sería sobrevolado en 1926 por la expedición italo-noruega del Norge (Nobile-Amundsen), que lanzó sobre el polo las banderas italiana, noruega y estadounidense.

La exploración científica de las tierras árticas conoció después un notable desarrollo gracias a los perfeccionadísimos medios técnicos de que los investigadores disponen hoy día.

En 1958 el sumergible estadounidense Nautilus atravesó el océano Glacial Ártico navegando por debajo de los hielos polares.
 

Población

Son regiones escasamente pobladas donde se albergan distintas razas según las zonas: esquimales en el N de América y Groenlandia, lapones en el N de E - ropa y diversas tribus mongólica al N de Siberia.

Las durísimas condiciones climáticas y de vida han reducido muchísimo el área habitable por el hombre, nómada obligado en razón de que la lucha por la subsistencia lo hace emigrar permanentemente.

Los habitantes del Ártico son le estatura baja, se alimentan principalmente con el producto de la caza y la pesca. que realizan en la época estival, pues cuando llega el invierno se refugian  en sus iglúes, donde previamente han almacenado las provisiones.

Los esquimales constituyen, como raza, el conglomerado más representativo y puro de esa región. Su forma de vida no ha cambiado en cientos de años.

La palabra "esquimal" significa "comedor de carne cruda", y son en realidad grandes devoradores de comida.

Es costumbre que los hombres y las mujeres coman separados, ya que la mujer se halla en un nivel inferior con respecto al hombre.

Aun en algunas tribus ella carece de todo derecho, y si antes de los ocho días de nacida no le encontraban un futuro marido, se la podía desdeñar o matar, sin que esto implicase delito.

Religiosamente se los puede considerar paganos, aunque tienen un concepto muy confuso acerca del "supremo Padre". Algunas tribus se han convertido al cristianismo.

En la actualidad hay aproximadamente 60.000 esquimales.

A partir del, fin de la segunda guerra mundial el Ártico se vio beneficiado por el desarrollo de las comunicaciones y el descubrimiento de distintos minerales, como el uranio en Canadá, criolita y carbón en las islas noruegas y Groenlandia, oro en Alaska, y el desarrollo del Gran Norte de Rusia, zona de conquista económica en los últimos años.

Paisaje del Artico

Paisaje ártico junto a la costa de Groenlandia. Los grandes icebergs que se desprenden de los glaciares de la isla son transportados por los vientos y las corrientes hacia las aguas de Terranova.

Tras la adopción del radar, el peligro que para la navegación representaba la presencia de esas enormes moles de hiele en las zonas de niebla del Atlántico Norte ha desaparecido casi totalmente. 

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UN POCO DE HISTORIA...
EL ÁRTICO, HISTORIA DE HOY

El primer Año Polar Internacional tuvo lugar en 1882, pero fue el segundo, realizado el año 1932, el hito fundamental desde el cual partimos para historiar el presente del Ártico.

Sin lugar a dudas, las tareas que llevaron al conocimiento del Polo Norte fueron efectuadas por los rusos, dueños de casi la mitad de las tierras y mares árticas, y por los estadounidenses y canadienses, sin dejar de mencionar a los ingleses y escandinavos, pero en menor medida.

Los rompehielos soviéticos iniciaron la navegación permanente en esta región; fue primero el "Sibiriakov", seguido en 1934 por el "Lutke" que unta Vladivostok y Murmansk en 83 días de navegación.

A partir de entonces transformaron en comerciales las vías navegables.

En los años anteriores a la guerra de 1939 los soviéticos realizaron varias expediciones exploratorias tendientes a adquirir un cabal conocimiento de la región, necesario para su desarrollo y explotación económica.

En 1937 ya se habían realizado vuelos traspolares sin escala entre Moscú y Vancouver y entre la capital soviética y California (unos 10.000 kilómetros).

La segunda guerra mundial motivó el uso de las rutas árticas, y, bajo secreto militar, EE.UU. proveyó de armamentos a la U.R.S.S. por dicha vía.

Finalizada la contienda, las naciones dedicadas a la exploración económica de la región aportaron da tos cien tíficos para posibilitar las rutas aéreas que hoy surcan su espacio.

Pero el período de "guerra fría" que se inició en 1945 impidió la colaboración y compulsa de todo lo realizado y explorado hasta esa fecha.

La energía atómica prestó su apoyo técnico y así surcan los mares rusos rompehielos con energía atómica, y los submarinos estadounidenses "Nautilus" y "Skate" cruzaron en aguas profundas por debajo del Polo, sin emerger (1958).

En 1960 el "Seadragón" y el "Sargo" repitieron la travesía, pero el primero de ellos emergió rompiendo la capa de hielo, con lo que se dejó por sentado el dominio que se tiene del mar en la actualidad.

También se ha logrado el dominio del aire, ya que son muchas las líneas aéreas que hacen la travesía desde América hasta Europa y viceversa.

A partir de 1952 realizan vuelos comerciales sin problema alguno.

El panorama que se otea demuestra el valor estratégico de esta región, puesto que se han instalado innumerables bases meteorológicas, científicas y militares, destacándose los sistemas de alarma de radar de EE.UU., que constituyen la línea de alarma boreal.

Sus estaciones, atendidas por unas 1.300 personas, se extienden desde Islandia hasta las islas Aleutianas.

La línea de defensa polar estadounidense comienza en Thula (Groenlandia), donde cuatro antenas de radar, con un alcance de 5.600 kilómetros, vigilan los cielos, y con ayuda de computadoras electrónicas podrían advertir antes del impacto en qué lugar caería el supuesto proyectil balístico.

Más de 50 estaciones forman una red de 7.240 kilómetros de largo.

A pesar del hermetismo soviético, se descarta que en su zona de influencia se han instalado equipos semejantes que hacen el equilibrio militar actual.

 Fuente Consultada: Enciclopedia MONITOR Salvat N°22

Ver: Exploración Al Artico


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