En el Capítulo II de “El gran bastión de la
Patria”, al referirse al nacimiento del Gral. Martín Güemes, dice el Ing.
Guillermo Solá:
“Cuando Güemes nació, año 1785 y plena época
del Virreinato, su padre don Gabriel Güemes Montero, español nativo y de
prominentes vinculaciones, por sangre y por razones políticas y de estado en la
propia España y en toda la América Hispana, de contactos muy cercanos con la
Casa Real, ejercía el importante cargo de Tesorero, Ministro de Real Hacienda,
en la Intendencia de Salta del Tucumán. No hacía mucho que estaba instalado en
la ciudad de Salta, adonde se había trasladado proveniente de Jujuy, su destino
anterior. En Jujuy había formado su hogar contrayendo matrimonio con Magdalena
Goyechea y de la Corte, distinguida dama americana descendiente de vascos,
chozna por línea paterna de Francisco de Argañaraz, el fundador de San Salvador
de Jujuy, también de antiguo linaje español. El primer vástago, Juan Manuel,
nació en Jujuy. El segundo, Martín Miguel ya nació en la ciudad de Salta, como
el resto de los hermanos del héroe.
Y es importante destacar el origen de hidalgo
español de Martín Miguel Juan de Mata de Güemes y Goyechea, aunque él luego se
hará llamar simplemente Martín Güemes, por la sencilla razón de que nuestro
héroe no deseará ostentar la formalidad peninsular de linaje, si a causa de ello
no quedara indubitablemente clara su identificación americana. El prestigioso
historiador Dr. Bernardo Frías dice: “Los suyos, su pueblo y en su tiempo, sólo
lo conocieron con el nombre de Martín Güemes; con él debe pasar a la historia”.
Y dice Frías: “Era hijo de casa noble, de
raza pura española y su familia era contada entre las más distinguidas de Salta,
y no de escasos recursos… Venía a ser, por ende, dueño de estos los mejores
elementos de figuración en su tiempo; y como había nacido y había sido criado en
aquel centro de la aristocracia, del lujo, de la riqueza, de la cultura notoria
y del buen tono que fueron gala y orgullo de las sociedades del norte en tiempo
de la colonia, Güemes adquirió, desde los primeros años y al amparo de su
familia, esmerada educación social, cual era de ley la recibiera entonces, con
mayor o menor perfeccionamiento en el futuro, toda la juventud de su posición y
de su clase. Es digno de notarse asimismo, que los adversarios de intenso
apasionamiento que tuvo Güemes durante su gobierno en Salta, y que lo afean,
víctimas de la parcialidad y del encono despertado por las luchas internas de
los partidos políticos con los más hirientes denuestos, ninguno de ellos, al
menos entre los documentos que hasta el presente han llegado a nuestro
conocimiento, lo acusa de falta de educación y buen trato social, de torpe o
grosero en sus relaciones con las gentes; lo que es digno de recordarse, pues
cierta parte del vulgo ha llegado a formarse de la persona de Güemes la idea del
gaucho campesino, ignorante de la cultura social de las ciudades, a la manera de
Quiroga o del Chacho, por ejemplo, sin conocer que en Salta la gente decente,
como se llamó entonces, era la depositaria de la mejor cultura y de la
civilización más adelantada de todos los pueblos del antiguo virreinato, y que
estos hombres distinguidos intelectual y socialmente, fueron los que levantaron
y capitanearon las huestes de gauchos comunes o jinetes rústicos y pobres de la
campaña, formando la brillante falange de sus jefes y oficiales, desde Güemes,
el primero de todos en su competencia y figuración militar, hasta la mayor parte
de los oficiales de sus fuerzas”.
Poseía Martín Güemes la estampa y el estilo
de inconfundible pertenencia a la auténtica aristocracia de aquellas épocas.
Justamente por ello, amaba las costumbres ligadas a la tierra y a sus gentes.
Era diestro en todas las tareas del campo, jinete y domador, conocedor de cerros
y montes que había recorrido innumerables veces, acompañado de gauchos con
quienes compartía el fogón y el asado, pasando la noche donde sea y en cualquier
estación, sobre los aperos y envuelto en el poncho. Estas cualidades, para nada
disminuían sus finos modales y el esmerado trato social en la ciudad: por el
contrario, enriquecían más aún su sobresaliente personalidad”, expresa el Ing.
Solá.
II. SUCESOS DESTACADOS EN EL NORTE
DURANTE 1812 Y 1813
Respecto a los sucesos históricos registrados
durante 1812 y 1813 en el actual Norte de nuestra Patria dice la Prof. Teresa
Cadena de Hessling:
“En agosto de 1812, por orden de Belgrano, se
trasladaron hacia Tucumán los caudales, joyas y pertenencias de la Catedral y
los Archivos de Salta provocando este hecho un reclamo del Cabildo por no haber
sido consultado.
Belgrano inicia el éxodo de Jujuy el 23 de
agosto, no así los salteños que prefirieron defender su territorio antes que
abandonarlo. El 3 de setiembre de 1812, la retaguardia patriota mandada por Díaz
Vélez tuvo un encuentro con la vanguardia realista, a la que derrotó en el río
de Las Piedras (Metán).
El ejército realista al mando del coronel
Huici nombró gobernador a don José E. Tirado luego Marqués de la Plata, que
regeneró el Ayuntamiento y luego al coronel Fernández Campero que permaneció
hasta el 20 de febrero de 1813. Entre salvas de artillería y desfiles militares
el 30 de enero de 1812, fue jurada en Salta la Constitución Española.
Después de la batalla de Tucumán y durante su
avance hacia Salta, Belgrano recibe del Segundo Triunvirato, comunicación de la
integración de la Asamblea General Constituyente la que ordenaba ser reconocida
y jurada de acuerdo a lo reglamentado, tarea que cumple en la margen norte del
río Pasaje que en ese tramo pasó a denominarse “del juramento”, el día 13 de
febrero de 1813. En la oportunidad enarboló una bandera azul celeste y blanca
que se transformó en Bandera Nacional y, ante ella, el ejército jura fidelidad a
la Soberana Asamblea.
El ejército guiado por Apolinario Saravia
penetró por la quebrada de Chachapoyas, llegando el día 18 hasta la hacienda de
Castañares, situada al norte de la ciudad y, por lo tanto, en la retaguardia de
las fuerzas realistas acantonadas en el Portezuelo. El avance patriota comenzó
al amanecer del día 20 ocupando el campo de Tablada desde los faldeos del Cerro
San Bernardo, a lo largo del tagarete de Tineo (hoy avenida Belgrano), hasta la
actual avenida Sarmiento, sector que pasó a denominarse “Campo del Honor” y,
luego, “Campo de la Cruz”. Es así como después de tres horas Pío Tristán ofreció
capitular lo que se efectuó a las diez de la mañana del 20 de febrero de 1813.
En el lugar se enterró a los 480 realistas y
103 patriotas muertos en la acción, se colocó por orden del nuevamente
gobernador Chiclana una cruz con la leyenda “A los vencedores y vencidos”. Con
el tiempo la cruz desapareció y el gobernador Pablo Latorre hizo colocar una
nueva que es la que actualmente se conserva”, expresa la investigadora.
III. ANTES Y DESPUES DE LA BATALLA DE
SALTA
Cabe recordar que a raíz de la derrota
sufrida en Huaqui en 1811, el ejército patriota se vió obligado a replegarse. En
marzo de 1812 el Triunvirato designó Jefe de ése ejército al general Manuel
Belgrano. En ésa época era Virrey del Perú Fernando de Abascal, el jefe del
ejército español era el general José Manuel de Goyeneche y al mando de la
vanguardia se encontraba su primo, Pío Tristán.
Cuando Tristán avanzó sobre las Provincias
Unidas del Río de la Plata el Triunvirato ordenó a Belgrano retroceder hasta
Córdoba pero al llegar a Tucumán el general resolvió defender la ciudad y librar
batalla. El 24 de setiembre de 1812 el ejército patriota enfrentó a las tropas
de Tristán derrotándolas. Esta victoria salvó a la revolución de su crisis más
grave al impedir a los realistas avanzar hacia el litoral para unir sus fuerzas
con las de la guarnición española de Montevideo.
A fines de 1812 Belgrano, con su ejército
reorganizado y los refuerzos recibidos, avanzó sobre Salta derrotando nuevamente
a Tristán el 20 de febrero de 1813.
El ejército español capituló y rindió sus
armas. Belgrano, después de tomar juramento a los prisioneros de que no
volverían a combatir contra los patriotas, los dejó en libertad. Al regresar al
Alto Perú parte de esas tropas desertó y otros volvieron a tomar las armas para
enfrentar a los revolucionarios.
Ante la rendición de Pío Tristán, Goyeneche
negoció un armisticio de 40 días con Manuel Belgrano, lo que fue desaprobado por
el virrey Abascal. Belgrano fue severamente reprendido por lo acordado con
Tristán y exhortado a avanzar hacia el Alto Perú.
Pese a la crítica situación en la que se
encontraba, el Ejército del Norte continuó la campaña. En octubre de 1813 las
tropas al mando de Belgrano y Pezuela se enfrentaron en Vilcapugio, siendo
derrotados los patriotas. El 14 de noviembre Belgrano fue nuevamente derrotado
en Ayohúma, debiendo abandonar el Alto Perú.
IV. SEMBLANZA DE JOSE MANUEL DE
GOYENECHE
José Manuel de Goyeneche era primo de Pío
Tristán. Había nacido en Arequipa (Perú) en 1775, se trasladó a España donde
inició una brillante carrera militar. En 1808 regresó a América con el grado de
Brigadier y fue designado presidente interino de la Audiencia de Cuzco.
En 1809 aplacó la revolución en La Paz
ordenando el fusilamiento de Pedro Domingo Murillo y sus principales adeptos. En
1810 fue nombrado jefe del ejército realista con la misión de recuperar las
provincias rioplatenses para la corona española. Entre sus triunfos se citan los
obtenidos en Huaqui (20 de Junio de 1811); en La Paz (8 de julio de 1811); en
Sipe Sipe (13 de agosto de 1811) y en Cochabamba (fines de agosto de 1811). En
1813, como consecuencia de la capitulación de Tristán, Goyeneche renunció al
mando del ejército y regresó a España. Fue reemplazado en el mando por Joaquín
de la Pezuela.
En España se le reconocieron sus servicios
con el otorgamiento de varias distinciones entre las que se destacan la
designación de Prócer y Senador del Reino, Grande de España y el título de
caballero del hábito de Santiago.
Manuel de Goyeneche murió en España en
octubre de 1846, a los 71 años.
V. EFEMERIDES
6 de Febrero de 1915: Nace en San Luis
el Dr. León Benarós, poeta, historiador, escritor, que realizó un invalorable
aporte a la cultura nacional. Entre sus numerosas obras musicalizadas se
destacan las que exaltan episodios históricos y la actuación de próceres como el
Gral. Martín Güemes.
13 de Febrero de 1813: Sobre la margen
Norte del río Pasaje (Sur de la Provincia de Salta) el general Manuel Belgrano
hace jurar a sus tropas fidelidad a la Asamblea General Constituyente del Año
XIII.
8 de Febrero de 1785: Nace en Salta el
General Martín Miguel de Güemes, uno de los próceres fundacionales de nuestra
Patria.
17 de Febrero de 2002: Fallece en Salta
el destacado historiador Güemesiano Luis Oscar Colmenares, fundador del
Instituto Güemesiano.
20 de Febrero de 1813: El General Manuel
Begrano derrota en Salta a las tropas realistas de Pío Tristán.
21 de Febrero de 1797: Nace en Salta
Carmen Puch, hija del general Domingo Puch y de Dorotea de la Vega Velarde. Se
casó con el General Martín Miguel de Güemes en julio de 1815, cuando éste
gobernaba Salta.
25 de Febrero de 1778: Nace en Yapeyú,
Prov. de Corrientes, el General José de San Martín.
VI. AGENDA GUEMESIANA ENERO DE 2006
1 de Enero: La Prof. María C
Fernández participó en el Programa “Desde el alma” conducido por Jorge Elizalde
por FM Sinfonía (San Isidro, Buenos Aires). Durante el mismo se dialogó sobre la
actuación militar del Gral. Martín Miguel de Güemes.
VII. SESION PUBLICA DEL INSTITUTO
GUEMESIANO DE SALTA
El miércoles 8 de febrero a las 19.30 se
realizará en el solar donde funcionó la Caja de la Tesorería Real –España 730,
Ciudad de Salta- ex calle del Yocci y después Victoria, la sesión pública de la
Academia Güemesiana en recordación del 221º Aniversario del nacimiento del Gral.
Martín Güemes.
En la oportunidad disertarán el escribano
Víctor Fernández Esteban sobre el tema “Propiedades y propietarios en tiempos
del Gral. Güemes” y Alejandro Ubaldo Pojasi sobre “Las revoluciones de Mayo en
Sudamérica: Chuquisaca 1809 - Buenos Aires 1810”.
VIII. PALABRAS FINALES
Un especial agradecimiento a Rodolfo Aredes
por haberse sumado a la búsqueda de obras musicales dedicadas al Gral. Martín
Güemes, obteniendo una decena de temas que se incorporan al Cancionero
Güemesiano para su análisis y contextualización. Rodolfo también me aportó tres
números de la Revista Histórica Crónica Argentina publicadas en 1968, que poseen
interesante información sobre sucesos históricos registrados durante la guerra
por la Independencia.
Por su parte, el compatriota Misael Soria me
obsequió la imagen de la Bandera atesorada en la Casa de la Libertad (Sucre,
República de Bolivia) con la leyenda: Primera Bandera Argentina creada por el
Gral. Manuel Belgrano en 1812 que fue escondida después de la derrota de Ayohúma
en 1813 y hallada 72 años después en la Capilla de Titiri (Macha, Potosí).
A Misael también debo agradecerle el apoyo
brindado a Francisco Gregoric para la investigación vexilológica desarrollada en
Jujuy. Su gestión de los permisos correspondientes para visitar el Salón de la
Bandera en la Casa de Gobierno y el Museo Histórico Juan Galo Lavalle con
observación detallada de los símbolos en estudio facilitó la labor del
investigador.
Es sumamente grato contar con este tipo de
apoyo, imprescindible para quienes sentimos un ineludible compromiso con nuestra
Patria, sus próceres y símbolos. Un fraterno abrazo a todos.
Buenos Aires, 7 de Febrero de 2006
Prof.
María Cristina Fernández
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