Cuentos Corto El Cobarde de Javier Mendez Cuentos Pendientes
VIENTO NORTE
Despierta las serpientes y enloquece.
Las vecinas viejas y las no tan viejas afilan sus lenguas detrás de las persianas entrecerradas y cuando uno menos lo espera, salen a la vereda a trenzarse en duelo de ofensas y griterío.
Los perros se azotan contra las rejas, mostrando sus colmillos y babeando.
La arenilla lastima los ojos y los pordioseros insultan a quien se les cruce.
Surgen sorpresivos remolinos y uno debe masticar sucios y crujientes granos de tierra todo el día.
El pelo se hace ingobernable y los automovilistas se empecinan en levantar polvareda y dar estridentes bocinazos.
La ropa pesa y pica.
Los árboles chillan, desafinando.
Casi no hay pájaros, y los pocos que hay atacan a los ojos de los transeúntes.
Aparecen insectos inverosímiles que dejan ronchas ardientes e infectas.
Los pies se hinchan y las costuras de los zapatos mortifican al caminante.
Las cuadras se alargan, infinitas.
El sol causa fiebre.
Un persistente olor a enfermedad flota espeso, dulzón y vomitivo en el ambiente.
El pasto se subleva en forma de secos espartillos.
Las piedras que hacen desparejos los caminos se multiplican y disfrutan en su muda felicidad obstacular.
Un silbido persistente perfora los oídos.
Los ceños se fruncen.- No se puede mirar al cielo.
Hay maldiciones en las esquinas, en los zaguanes húmedos y en cada rincón de la ciudad.
Conviene no salir con viento Norte, esperar los rayos y la lluvia que todo lo lava y convoca los espíritus pacíficos.
Cuentos Pendientes - Javier Mendez