Los Fenicios Origen y Evolucion Sociedad Economía Religión

Los Fenicios: Origen, Evolución, Ubicación, Sociedad ,Economía, Religión

En el siglo X a.C, unos ágiles navios aparecieron en las costas del Mediterráneo.

Los expertos marineros traían a bordo maderas, tintes, papiros, vasos y otros productos.

Los primeros mercaderes de la historia fueron los fenicios, un pueblo proveniente del oeste de Mesopotamia.

En épocas remotas se establecieron en las costas del actual Líbano, en puertos como Tiro, Sidón y Biblos, la ciudad más antigua del mundo.

A partir del siglo x a.C, establecieron desde allí una gran red comercial, que se extendía desde la isla de Chipre hasta Cádiz, en el Atlántico.

Aparte de grandes navegantes, los fenicios fueron un pueblo refinado. Trabajaron el vidrio, el marfil, la terracota y, sobre todo, la soberbia madera de cedro del Líbano.

Fueron además los inventores del alfabeto, que propagaron a través del Mediterráneo. Escribieron en papiros, de los que por desgracia se conservan sólo unos pocos fragmentos.

Su historia ha llegado hasta nosotros a través otros pueblos a los que enseñaron su cultura.

Temas Tratados

1-Ubicación
2-Evolucion Histórica
3-Ciudade Fenicias: Biblos, Sidón y Tiro
4-Colonias y Factorias
5-La Industria Fenicia
6-El Comercio Fenicio
7-Política , Sociedad y Economía de los Fenicios
8-El Legado de los Fenicios
9-El Alfabeto

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Introducción: Algunos grupos semitas, en XX a.C. originarios del desierto arábigo, llegaron al Eúfrates medio.

Cerca del 1350 a.C. avanzaron hacia el oeste en dirección a Palestina. En el siglo XII a C. formaron reinos en zonas cercanas al mar Mediterráneo, Entre estos grupos semitas se destacaron los fenicios y los hebreos.

Aunque con características propias, ambos pueblos, al ser vecinos de civilizaciones tan importantes como las de Mesopotamia y Egipto, recibieron muchos elementos culturales de estas regiones.

Costumbres, artes, ideas, posaron de un lugar a otro y de un pueblo al otro. Sufrieron también el impacto de circunstancias externas amenazantes, pero lograron desarrollarse sin excesivos sobresaltos antes de la formación de los grandes imperios asirlo, neobabilónico y persa.

colonizacion fenicia

Los fenicios habitaron la región situada al Norte de Palestina y al Oeste de Siria, que corre encajonada en una extensión de 200 Km. de largo y aproximadamente 35 a 40 kilómetros de ancho, entre el mar Mediterráneo y las montañas del Líbano.

De suelo abrupto y de clima cálido en los valles transversales y frío en las zonas elevadas, el territorio es apto para la agricultura.  Impedidos, sin embargo, de internarse en las tierras adyacentes por la existencia de barreras naturales y la presencia de otros pueblos más aguerridos, los fenicios se valieron de los árboles que crecían sobre los montes, construyeron ágiles navíos y se lanzaron al mar Mediterráneo.

Es una costa abierta que permite la navegación y en la que soplan vientos en dirección a la isla de Creta y Egipto.

Gracias a estas condiciones, los fenicios se convirtieron en uno de los primeros navegantes de la historia, y también dieron origen a una de las primeras civilizaciones marítimas, convirtiéndose en excelentes navegantes y hábiles comerciantes.

Así como el Nilo fue un estímulo para el desarrollo de a cultura egipcia y el Tigris-Eufrates para a Mesopotamia, el mar Mediterráneo fue un elemento primordial para el desarrollo de la cultura fenicia.

Evolución histórica Fenicia nunca formó un estado unificado sino que estuvo integrada por ciudades-estados independientes entre sí y en ocasiones enfrentadas. En caso de un enemigo común solían unirse en una confederación.

En determinadas épocas, algunas de las ciudades lograban tener la hegemonía, sin que desaparecieran las demás.

Los fenicios también sufrieron varias dominaciones extranjeras: los asirios, los neo-babilónicos y los persas. Sin embargo, esto no resultó un freno para sus actividades. Tres ciudades lograron en distintas épocas la supremacía sobre las demás: Biblos, Sidón y Tiro.

arte barco

Barco Fenicio

LOS PUEBLOS QUE LO HABITARON:

De origen semita, los púnicos o fenicios, o sea hombres colorados, provenientes de la región de Sinaí, adyacente del mar Rojo, llegaron a ese territorio hacia el año 3000 a.C. y fundaron varias ciudades sobre la costa, autónomas entre sí, las que prosperaron sucesivamente, merced al intenso comercio que realizaron.

Las principales fueron Biblos, Sidón y Tiro. Otras ciudades fueron Acco y Berito (Beiruth).

Biblos:

La primera en adquirir importancia fue Biblos (hoy Djenail) entre los años 250 y 1600 a.C., debido a la expansión del imperio egipcio, que hizo de esta ciudad el gran puerto de exportación de los producto. originarios del Nilo, entre ellos el papiro que, adquirido por los griegos fue identificado con el nombre de la ciudad y finalmente atribuido como denominación a los libros.

Biblos mantuvo excelentes relaciones con los egipcios durante el período tinita.

Sidón:

Entre los años 1600 y 1200 a.C. alcanzó gran esplendor la ciudad de Sidón, cuyos habitantes llegaron a monopolizar el comercio en el Mediterráneo oriental, como agentes del imperio egipcio.

Así se establecieron en las islas de Chipre, Creta, Rodas y otras del mar Egeo; también en el territorio de Grecia; y penetraron, por último en el mar Negro.

El apogeo de Sidón concluyó con el fin del imperio egipcio. Aproximadamente en el año 1100 a.C. fue saqueada por los filisteos procedentes de Creta.

Tiro:

A partir de la decadencia de Sidón, entre los años 1200 y 900 a.C., adquirió importancia la ciudad de Tiro, edificada en una isla próxima a la costa, a tal punto que, al frente de las ciudades fenicias confederadas, llegó a dominar todo el comercio en el Mediterráneo, desde el estrecho de Gibraltar hasta Egipto.

En esta época  los marinos fenicios pasaron al océano Atlántico y llegaron hasta el mar del Norte y el mar Báltico.

Tiempo después, al servicio de los egipcios, dieron la vuelta al continente africano.

Además, sus caravanas de mercaderes recorrieron por tierra todo el mundo conocido, convirtiéndose en el vehículo de comunicación entre los pueblos de la antigüedad y en el máximo exponente de la navegación y el comercio del mundo conocido en aquel entonces.

Sin embargo, hacia el año 900 a.C., esta creciente prosperidad fue interrumpida por el surgimiento de los imperios mesopotámicos, que terminaron por someter a los fenicios.

En el año 701 a.C., Tiro cayó en poder del rey de Asiria, Senaquerib, y poco más de un siglo más tarde, en el año 574 a.C., Nabucodonosor, rey de los caldeos, luego de sitiarla durante un año, la ocupó y arrasó.

Con Tiro cayeron las otras ciudades fenicias, las que quedaron subordinadas, primero a los imperios mesopotámicos y luego al imperio persa, hasta que éste debió ceder ante el poder avasallador de Alejandro Magno, en el año 333 a.C.

Sólo Cartago, fundada en el año 814 a.C., sobre la costa africana del Mediterráneo occidental por un grupo de nobles fenicios salidos de Tiro, mantuvo su independencia y disputó luego a los romanos la hegemonía sobre la región adyacente.

Colonias y factorías:

Los fenicios fueron uno de los primeros pueblos de la antigüedad que fundaron colonias y factorías.

Las colonias eran territorios conquistados o adquiridos, donde se establecía una parte de la población fenicia en forma permanente.

Las colonias se fundaron en los lugares más alejados y menos poblados, generalmente del Mediterráneo occidental, como Kart-Hadatsch o Cartago y Utica, en la costa africana; o Massalia (Marsella) en la costa Sur de Francia; o Gades (Cádiz), Málaca (Málaga) e Hispalis (Sevilla), en la región meridional de España.

Estas colonias desarrollaron una vida independiente y, salvo las relaciones comerciales, no mantuvieron una vinculación estrecha con las ciudades fenicias.

Con el tiempo, algunas desarrollaron una vida propia y compitieron incluso con su ciudad fundadora.

Entre las colonias más importantes se destacan Gades (Cadiz) en el Sur de España, y Cartago en el Norte de África que siglos después disputara el dominio del Mediterráneo con os romanos.

Las factorías en cambio eran puertos de escala o lugares de depositas de mercaderías sin una población permanente constituían sitios de refugio para recuperarse en las largas travesías y recoger provisiones.

La mejor colonia:

Los fenicios escogieron cuidadosamente el terreno para Cartago y construyeron su puerto con gran destreza.

Éste tenía dos secciones comunicadas por un estrecho canal: una bahía exterior aproximadamente rectangular, de unos quinientos metros por trescientos, y una interior de forma más o menos circular, de unos trescientos metros de diámetro.

La bahía interior se reservaba para los barcos de guerra.

En el centro había una isla que albergaba el cuartel general naval, un elevado edificio desde el que se veía el mar sin ningún obstáculo.

Pero una muralla doble ocultaba con su altura los secretos del puerto a las miradas curiosas de los visitantes extranjeros.

En la bahía interior podían atracar más de doscientos barcos de guerra. Las naves entraban en ambas bahías directamente desde el mar, por una entrada única de unos veinticinco metros de anchura, que para mayor seguridad se podía obstruir con pesadas cadenas.

La ciudadela se encontraba en el barrio más antiguo de Cártago.

Entre el puerto y la ciudadela se abría una gran plaza pública parecida a un foro romano.

Cerca se levantaba el senado cartaginés. La ciudad era un laberinto de calles serpenteantes atestadas de casas de hasta cinco o seis pisos de altura.

Cubría una extensión de unos setenta y cinco kilómetros cuadrados y una muralla descomunal protegía sus treinta y cinco kilómetros de contorno.

La muralla no fue traspasada hasta el último día de Cartago, y ello con gran número de bajas por parte de los invasores romanos.

Su zona vital tenía una altura de ciento treinta metros y una anchura de diez metros, estando coronada por altas torretas militares.

En el interior del recinto y al nivel del suelo, los establos albergaban trescientos elefantes de batalla.

A mayor altura, unas rampas servían de acceso a los establos para cuatro mil caballos.

También en la muralla, unas barracas cobijaban a los veinte mil soldados de infantería y cuatro mil de caballería que guardaban la ciudad.

INDUSTRIA FENICIA:

Habían aprendido los fenicios de los egipcios el arte de hilar, de tejer, de teñir las telas, de hacer cacharros y vidrio; pero estas artes las perfeccionaron.

Sabían los egipcios, mucho tiempo hacía, fundir vidrio opaco para fabricar perlas y alhajitas, sabían también soplar el vidrio para hacer vasos; pero parece que los fenicios fueron los inventores del vidrio trasparente.

El vidrio de Fenicia, hecho con arena del Belo, era más puro y fino que todos los demás. Decíase de una joven, a guisa de cumplimiento: "Tiene el color como el vidrio de Sidón".

Se hacían en Sidón frascos de vidrio trasparente famosos en el mundo entero y también piedras falsas de vidrios de colores y vasos de cristal de color, sobre todo azules.

Los fenicios fabricaban telas de gasa y telas de lana fina adornada con bordados hechos con aguja.

Para teñir las telas de lujo tenían secretos que se decían revelados por el dios Melkart.

El tinte llamado púrpura se obtenía de un molusco marino, el murex, que se dejaba pudrir. Había varias especies: el que se pescaba en la costa de Tiro daba un color rojo violáceo, el más preciado, que se llamaba púrpura real.

El tinte que se obtenía del marisco de las costas de Grecia era más violáceo, el de las costas del Atlántico era casi negro.

La púrpura costaba muy cara porque el animal escaseaba mucho y había que dar a la tela dos baños en el color.

Con barro cocido, los fenicios hacían no solamente vasos, sino también figuritas cubiertas de esmalte verde o azul.

Se han encontrado principalmente, en gran número, ídolos de Astarté con una paloma.

Se ha encontrado también un dios enano con mucha cabeza, abultado vientre y cara ridicula, que los fenicios habían copiado del ídolo egipcio de Ptah niño, y que los griegos llamaron pigmeo.

EL COMERCIO FENICIO:

Los fenicios tenían muchas mercancías que vender, primeramente aceite de oliva, vino, trigo que producían sus tierras, luego las alhajas, los vasos, los objetos de vidrio, las telas de colores que fabricaban sus obreros.

Su país se encontraba en el camino que unía a los dos países más ricos de la época. Egipto y Asiria.

De todos lados llegaban a Fenicia caravanas de camellos cargados de mercancías.

El profeta judío Ezequiel des­cribe los objetos de todos los países que se encontra­ban en el mercado de Tiro.

Del lado del Sur, las caravanas traían el incienso y la mirra, el ágata y el ónix, productos de Arabia; las piedras preciosas, la canela, la pimienta, las maderas olorosas, el marfil, que venían de la India; el ébano y las plumas de avestruz procedentes de Etiopía y las telas de algodón fabricadas en Egipto.

De oriente venían las lanas finas de Siria, las telas, los tapices, los perfumes y el trigo de Babilonia, que se iba a recoger a las ciudades sirias.

Y por el Norte venían los caballos y los mulos de Armenia, los utensilios de cobre fabrica­dos por los pueblos del Cáucaso y los esclavos compra­dos en las orillas del mar Negro.

Eran entonces los fenicios los únicos marinos del mundo.

Tenían grandes barcas con puente, redondea­das por los costados y provistas de quilla avegaban a vela y se guiaban de noche por la estrella polar.

Embar­caban telas, alhajas, ídolos para venderlos a los pueblos bárbaros de las orillas del Mediterráneo a cambio de los productos de su país.

Los sidionios iban a buscar cobre a Chipre, alumbre a Melos, oro a Tasos, hierro al mar Negro, y a todas partes esclavos, sobre todo gente joven.

Los esclavos eran prisioneros que se compraban al vencedor o hijos que vendían sus padres.

Muchas veces también, no se tomaban ios sidonios el trabajo de comprar esclavos, sino que los robaban.

Cuando encontraban en la costa mujeres o niños, los cogían a la fuerza. A veces se lanzaban por sorpresa sobre una aldea, la saqueaban y se llevaban a los habitantes.

Combinaban de esta suerte la piratería con el coLos tirios hicieron el mismo comercio del lado de occidente. Recogían trigos de Sicilia, plata y lanas de España.

Luego, lanzándose al Océano Atlántico, llegaron hasta las cercanías de Inglaterra, a un país que llamaban islas Casitérides, donde había minas de estaño.

No querían los fenicios que otros pueblos les hiciesen competencia y por eso guardaban secreto acerca de su navegación.

Nadie supo jamás dónde estaban aquellas islas Casitérides de donde sacaban el estaño.

Hacía varios siglos que comerciaban con España y los griegos ignoraban la existencia de este país, que un barco heleno descubrió por casualidad.

Los cartagineses tuvieron el mismo horror a la competencia, y cuando encontraban un barco en la costa de África o de Cerdeña, tiraban a los tripulantes al mar.

Un día una nave cartaginesa fue seguida por otra extranjera que trababa de saber dónde iba.

El piloto cartaginés llevó su navio a unos escollos y le hizo naufragar para que los extranjeros no lograran su intento.

Política , sociedad  y economía.

Fenicia nunca constituyó una nación unificada con un gobierno centralizado, sino que conformó un conjunto de ciudades-estados prósperas, confederadas y sujetas a la conducción alternativa de una de ellas, pero con el ejercicio de una gran autonomía.

Los fenicios estuvieron divididos en múltiples ciudades-estados.

Cada una de ellas era independiente del resto con sus propias instituciones y sus intereses diferentes.

Cada ciudad fenicia tenía un rey.

Su poder no era absoluto ya que existían otras instituciones como el Consejo de Ancianos con el que deba compartir sus decisiones.

Este consejo estaba compuesto por 100 miembros ricos mercaderes.

Su función era asesorar al monarca en cuestiones de política y economía.

En la cúspide de la sociedad fenicia estaban los comerciantes adinerados, que ocupaban los cargos de gobierno y manejaban los resortes del poder.

El resto de la población lo componían los artesanos, los cargadores y los tripulantes de las naves.

También había esclavos.

La agricultura se practicaba en terrazas escalonadas, en las laderas de las montañas, y de ellas se obtenían, principalmente, el trigo, el olivo y la vid.

Se realizaba también la explotación forestal, aprovechando la abundancia natural de especies como el roble, el pino, el abeto y, sobre todo, el cedro, que se convirtió en el símbolo de la región.

No obstante el eficaz aprovechamiento de esta riqueza del suelo, los fenicios volcaron su actividad con mayor interés a la industria, el comercio y la navegación.

Los fenicios eran hábiles navegantes y comerciantes.

Desarrollaron una importante actividad mercantil convirtiéndose prácticamente en los dueños del Mediterráneo en los siglos XI a VIII a.C.

Además del comercio marítimo, recibían artículos por tierra, generalmente pequeños, traídos de Arabia.

Los fenicios fueron los intermediarios entre Oriente y Occidente.

En cuanto a la industria, instalaron grandes talleres en los que trabajaron sobre la materia prima existente en su territorio y en la que llevaron desde las más lejanas tierras.

De esa manera, empleando tecnología propia y ajena, se convirtieron en grandes productores de armas, joyas, utensilios de hierro y de bronce, objetos de cristal, telas teñidas, perfumes y, especialmente, de barcos, que provistos inclusive de navegantes, sirvieron a todos los pueblos de aquella lejana época de la historia de la humanidad.

Las mercaderías más importantes que comerciaban eran:

De España plata, hierro, plomo y estaño.

De Sicilia cereales y ana. De África marfil, oro y papiros.

De Arabia perfumes, telas e incienso.

De Fenicia maderas, tintes, misma tejidos y cerámicas.

Para sus transacciones utilizaban el trueque.

Esto se debió sobre todo a que los pueblos con los que comerciaban no conocían la moneda.

Según referencias del historiador griego Herodoto, los fenicios solían practicar el trueque mudo.

¿En qué consistía?.

Era una manera original de negociar sin tener contacto directo con los compradores.

Los fenicios se acercaban a una costa, dejaban sus productos en la playa y regresaban a sus naves.

Los habitantes del lugar se aproximaban para observar las mercaderías, ponían unto a ellas el valor que consideraban justo, ya sea en mercancías o en metales preciosos, y se retiraban.

Los fenicios entonces se dirigían nuevamente a la playa, y si el precio les parecía adecuado, lo tomaban y dejaban la mercadería.

Si el precio no los convencía, volvían a sus barcos a esperar otra oferta.

Las relaciones comerciales de los fenicios fueron de tal magnitud que podría afirmarse que todo el mundo antiguo comerció con ellos.

Desarrollaron además una importante industria artesanal. Pero, ¿qué entendemos por industria?.

La entendemos como toda labor productiva que transforma las materias convirtiéndolas en bienes determinados, aptos para su uso o consumo.

La forma final de estos bienes y sus propiedades son diferentes de la original.

Hablamos de industria cuando el fruto del olivo es transformado en aceite, la lana en hilo y tejido, cuando se trabajan los metales y la cerámica, cuando se construyen barcos.

En la actualidad existen numerosas ramas industriales de variada índole, desde las más simples hasta las más complejas.

En el panorama industrial, los fenicios realizaban diversas labores.

El armado de los barcos:

Elementos fundamentales para su gran poderío marítimo, los construían de dos tipos: ‘redondos” para el comercio, naves pequeñas con dos bancos de remeros; y largos’, para la guerra. Los barcos ‘largos’ tenían, en la proa, un espolón puntiagudo que servía para embestir, y tres filas de remeros, por lo que se llamaban barcos trirremes”.

El trabajo de los metales

Con oro y plata fabricaron alhajas; con el bronce, armas y utensilios de uso doméstico. También utilizaron el cobre y el estaño para distintos objetos.

El tejido y el teñido de telas

Sus tejidos eran muy apreciados en las zonas que comerciaban, sobre todo por sus colores. Teñían las telas utilizando un colorante obtenido de un caracol del Mediterráneo, el múrice.

La producción del vidrio

Fabricaron vidrio transparente y coloreado; con él realizaron objetos de variada utilización y muy apreciados en el Cercano Oriente.

El arte:

Los fenicios combinaron elementos de diferentes culturas. En arquitectura:

Construyeron templos y palacios, utilizaron La piedra como Los egipcios y siguieron los diseños de La Mesopotamia.

En escultura y pintura: Se advierte la influencia asiria, egipcia y cretense.

Son características las figuras de dioses de piedra y cerámica.

Los colores utilizados para pintar fueron sobre todo el rojo y el verde.En escultura y pintura:

Los fenicios se destacaron en a talla del marfil.

Realizaban con este material variados objetos valiosos, presentes en palacios reales y residencias lujosas: estatuas de dioses, adornos de tronos y de mobiliario, cetros, mangos para instrumentos o abanicos.

El marfil, relacionado con el oro, se convirtió en consecuencia en un distintivo de os grupos sociales pudientes.

El arte fenicio: Una esfinge

La religión:

Baal y Astarté Los fenicios eran politeístas.

Adoraban a los astros y sobre todo a las estrellas que los guiaban para la navegación en las noches. Reconocían como dios supremo al Sol, llamado Baal.

La Luna también era divinizada, y considerada su esposa.

Se llamaba Astarté y simbolizaba la fecundidad.

Baal era considerado el protector del comercio.

Se levantaban altares en su honor y esculpían su imagen en las proas de los barcos en forma de toro o de hombre con cuernos de toro.

En Cártago se le ofrecían sacrificios humanos, generalmente de recién nacidos quemados vivos.

También tenían dioses de la vegetación, quienes morían en invierno y resucitaban en primavera a semejanza de los ciclos naturales.

Uno de ellos era Adonis, representado como un joven de gran belleza, adorado en Biblos.

Posiblemente por influencia egipcia, colocaron a sus muertos en sarcófagos, cubiertos con máscaras y rodeados de objetos de uso personal, para su utilización en la otra vida’.

El alfabeto: un aporte fenicio y componente más novedoso de la civilización fenicia fue el alfabeto.

El alfabeto, es decir, la serie de letras que forman un idioma, fue la última etapa de un proceso de evolución de la escritura.

Representa una gran simplificación respecto de los complicados sistemas existentes hasta su surgimiento.

El alfabeto fenicio contaba con puntos para las vocales y 20 ó 30 signos que representaban los sonidos simples de las consonantes.

Por lo tanto, la escritura fenicia resultaba más fácil que la jeroglífica o la cuneiforme, ambas con cientos de signos y figuras. Esto tuvo, por una parte, una consecuencia de carácter social; leer y escribir” ya no fue patrimonio de un grupo selecto y especializado, como los escribas de Egipto, sino que se hizo accesible a una mayor cantidad de personas.

Por otra parte, estos mercaderes lo llevaron por todo el mundo conocido y fue adoptado por los diferentes pueblos con los que tomaban contacto.

La mayor parte de los alfabetos de Asia central y de Europa, incluyendo el griego, tuvieron su origen en el fenicio y puede decirse que también es la base del abecedario actual.

Su Legado:

* En la vida política, su metodología de fundación de nuevas colonias.

* En la vida económica, los modelos de comercio y navegación marítima. El teñido de telas y la fabricación de vidrio transparente.

* En la ciencia, el alfabeto y la divulgación de la escritura.

SOBRE EL CARACTER DE LOS FENICIOS Y LAS CAUSAS DE SU PROSPERIDAD:

Los fenicios desempeñaron preponderante papel en la historia de la civilización antigua.

De  temperamento poco belicoso, sin que esto quiera decir que no usaran de la fuerza cuando a ello se vieran precisados; afincados en un territorio alejado de las zonas de fricción entre los imperios antiguos del Oriente; sin más salida que las rutas marítimas y gozando paz, eran todas las mentadas circunstancias más que suficientes para que unas gentes de vocación marinera y comercial, a ellas se entregaran libremente.

A este determinismo geográfico se debe, sin duda alguna, que un pueblo no muy numeroso, asentado sobre un país minúsculo situado a trasmano de las grandes rutas de la antigüedad, haya sido el vector más eficiente de la civilización y cultura de su época.

No era la abnegación su cualidad más relevante; pero con el trueque interesado de sus fruslerías por los géneros valiosos que adquiría arteramente de los incautos indígenas de los países en que enclavaba sus factorías, iba, insensiblemente, introduciendo hábitos de civilización y prácticas de cultura y arte en sus atrasados clientes.

Y si las cosas materiales pueden tener evaluación positiva, por crecida que sea, los bienes morales que proporciona la civilización, están por encima de toda tasación.

Así, mientras los opulentos imperios orientales empleaban toda su pujanza en destruirse mutuamente en sangrientas guerras, con destrucción de ciudades y trasplantes de pueblos en masa; mientras Egipto se mantenía hermético en su civilización privativa y los países del Sur y Extremo Oriente asiático constituían un mundo aparte, el pequeño pueblo fenicio llevaba las luces de la cultura por todo el mundo conocido.

Cobraba bien su misión, es cierto, pero esos modos de pagar, por caros que parezcan, son siempre, comparándolos con los beneficios adquiridos, menos onerosos que la más gloriosa y triunfal de las guerras.

Por todas las razones expuestas, Fenicia llegó a ser la nación más próspera del Mediterráneo, alcanzando esta época de florecimiento una duración de más de cinco siglos (del XI al VI antes de Jesucristo).

Su comercio marítimo, principalmente sostenido por Tito, no tenía otro competidor que el de Cártago, colonia fenicia emancipada, de la que ya nos ocuparemos.

Y en cuanto al terrestre, se efectuaba por medio de caravanas, con la Arabia, el Asia central y el norte de la India, a través de los caminos de Babilonia, con los países caucásicos y con la Escitia, atravesando Armenia.

Eran también los fenicios un pueblo manufacturero.

Producían excelentes tejidos de lino, planta que importaban de Egipto.

Eran también muy estimados orfebres y las copas de oro y plata y los trabajos artísticos en bronce y otros metales eran muy apreciados en su época.

Descollaron también en el arte de teñir las telas, para lo cual contaban como materia prima con la famosa púrpura.

Fabricaban el vidrio y fueron maestros expertísimos en las construcciones navales y en las exploraciones mineras.

Pero más que la posesión de un genio inventor, lo que caracterizó al pueblo fenicio fue su facultad de asimilación y transformación de los conocimientos y adelantos que iba adquiriendo en su trato con los demás pueblos que, hábilmente modificados, presentaba luego como propios.

De todas las cualidades que poseían los fenicios, la preponderante fue su habilidad como marinos.

En este punto no hubo quien les superara. Pero llevados de su afán utilitario y con el fin de monopolizar las ventajas que ello pudiera proporcionarles, mantenían en secreto cuantos descubrimientos lograban en sus navegaciones.

Sus pilotos guardaban la mayor reserva acerca de las rutas que recorrían, así como de los movimientos de corrientes y régimen de los vientos y, con tal proceder, evitaban competencias perjudiciales.

Así se sostuvieron hasta el siglo VI antes de Jesucristo, en cuya época se vieron obligados a acatar la soberanía de Asiría, con el consiguiente menoscabo que sumisiones de esa naturaleza originan.

Después vino a perjudicarles grandemente el desarrollo del comercio marítimo de Cártago.

La fundación de Alejandría y su engrandecimiento al crear una marina comercial, rival de la de Fenicia, causó mucho quebranto a este país, que ya en el siglo ni antes de Jesucristo, había amenguado en riquezas y prosperidad.

Los fenicios eran astutos, falaces, crueles y sensuales. Las riquezas que lograron adquirir les hicieron propensos al lujo y a los placeres.

Fuente Consultada:
Historia I de José M. Ramallo y La Humanidad de Silvia Vázquez de Fernández
Historia Universal de la Civilización  – Editorial Ramón Sopena – Tomo I  - Edades  Antigua y Media - Los Fenicios

Enlace Externo: Historia de los Fenicios


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