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Sandro Botticelli
(1445 1510)
Si hablásemos de Alessandro di Mariano Filipepi, quizá nadie sabría
quién fue este hombre. Pues ni más ni menos que Sandro Botticelli.
Este genio de la pintura nace en 1445 en Florencia. Y su nombre: Botticelli es el
diminutivo italiano de la palabra "Botijo". No sabemos por qué. Quizá por ser
hijo de un curtidor o tal vez por ser un apodo familiar, o si lo adquirio cuando no era
más que un ayudante del orfebre florentino. Con exactitud no se sabe. No importa.
Es Botticelli una de las más grandes figuras del Arte Renacentista. Con estilo
personalisimo, elegancia en el trazo carácter signado por la melancolía y una fuerza
espectacular.
Tantas facetas tuvo este artista que le encontramos como discípulo de Fran Filippo Lippi
como aprendiz de grabador con Antonio del Pallajuolo, del que sin duda aprendió el
dominio de la línea. Luego aparece junto a Andrea del Verrocchio y su influencia en
Botticelli es evidente.
Bottcelli protegido de los Médici, en 1490 al ser expulsados de Florencia dejan al pintor
sumido en un profunda crisis religiosa, acosado entre la austeridad y la reforma. No
abandonó la ciudad, y allí muere el 17 de mayo de 1510. Sus obras posteriores, como la Pietá
(principios de la década de 1490, Museo Poldi Pezzoli, Milán) y sobre todo la Natividad
mística (década de 1490, National Gallery, Londres) y la Crucifixión mística
(1496, Fogg Art Museum, Cambridge, Massachusetts) expresan una intensa devoción
religiosa, y un retroceso en el desarrollo de su estilo.
Una de sus obras mas importantes es El nacimiento de Venus, fue encargado a Sandro
Boticelli por Lorenzo de Medici en 1482. Es una combinación mágica de Astrología y
mitología clásica, emerge de ella un cúmulo importante de influencias cristianas.
Estilos lineales, casi aéreos logran un efecto sutil, etéreo.
LA HISTORIA DE NASTAGIO DEGLI ONESTI
Esta es una de las grandes obras de este Autor. Las tres tablas que con el título
genérico de "La historia de Nastagio degli Onesti" se formaron originariamente
parte de una serie de cuatro pintadas por Botticelli para la ilustre familia florentina de
los Pucci.
El conjunto ilustraba uno de los cuentos narrados por Boccaccio en el
"Decameron", la novela octava de la quinta jornada, que lleva por título
"El infierno de los amantes crueles".
Las tablas permanecieron en Florencia, en manos de los Pucci, hasta 1868. Pasaron después
por distintos propietarios hasta que, en 1929, don Francisco de Asís Cambó compró las
tres primeras a los herederos de Joseph Spiridon. En 1941, el propio Cambó las donó al
Museo del Prado. La cuarta tabla se encuentra en la actualidad en una colección privada
norteamericana.
Todo hace suponer que el conjunto conformaba la cabecera de una cama nupcial o que
decoraba los cuatro frentes de un arcón de boda o "cassone", destinado a
guardar el ajuar de la novia. Asímismo, hay quién considera que fue pintado para unas
"spalliere", o casetones de madera con los que se revestían por entonces las
paredes de las habitaciones principales de las casas nobles florentinas, para
resguardarlas del frío y de la humedad.
La autoría de estas pinturas -que ya en el siglo XVI fue atribuída por Vasari a
Botticelli- ha sido no obstante muy discutida por la crítica especializada, a la vista de
las disparidades de ejecución que se aprecian en ellas y que revelan en algunas de sus
partes la intervención de colaboradores. En la actualidad se tiende a admitir, a tenor
del carácter unitario que presentan, que no toda la realización de las mismas es obra
autógrafa de Botticelli, pero que sí lo fue su concepción global y la dirección de la
composición.
Debieron ser realizadas en 1483 con motivo del enlace de dos miembros de las familias
Pucci y Bini, cuyos escudos aparecen en los marcos y en alguna de las escenas.
Botticelli se ajusta muy fielmente al relato de Boccaccio en sus más mínimos detalles.
El carácter narrativo de la serie se ve así enfatizado por la inclusión en un mismo
panel, a la manera medieval, de varios episodios sucesivos.
Lisa Wantz
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