Introducción: Epidemias muy similares a la
gripe han ido apareciendo a lo largo de la historia de la humanidad. Así, en el
año 412 a.C. Hipócrates describió una enfermedad respiratoria que persistía por
varias semanas y después desaparecía. Tucídides describió asimismo una
importante peste en Atenas, entre los años 430-427 a.C., que probablemente pudo
ser debida a infección por virus influenza. Más recientemente aparecen tres
grandes pandemias durante el siglo XX, aunque hubo otras a las que en principio
se les asignó como tales, en 1947 y 1977.
La de
1918- 1920, denominada gripe española, provocó más muertos en unos meses (20
millones) que la propia 1ª Guerra Mundial durante los años que duró, y con la
que coincidió en parte; la de 1957, llamada también gripe asiática y la que se
le bautizó como gripe Hong- Kong, y que apareció en 1968. Desde entonces ninguna
otra pandemia se ha descrito asta el momento, aunque si numerosos brotes y
epidemias, provocadas fundamentalmente por virus influenza A y en menor medida
por virus influenza B.
Pandemia de 1957: Se originó en China en febrero de 1957 y en pocos meses se
expandió por el continente asiático, de ahí su denominación de gripe asiática
con la que se conoció esta pandemia. Rápidamente la epidemia se extendió a otros
continentes, presumiblemente vehiculada por el tráfico marítimo, siendo las
ciudades portuarias las primeras en sufrir los efectos de la infección,
afectando de forma muy especial a niños, escolares, adolescentes y adultos
jóvenes, coincidentes por el efecto agravatorio de reunir al comienzo de la
etapa escolar, en los meses de septiembre y octubre, principalmente a la
población mencionada. También en este caso pudo observarse una segunda ola
epidémica. A finales de 1957 y principio de 1958, observándose en algunos países
una mayor actividad de esta segunda ola de actividad gripal.
El
curso de la enfermedad puede considerarse el habitual para la gripe, siendo las
neumonías bacterianas secundarias, las responsables del mayor número de muertes
asociadas a la gripe, observadas principalmente entre los muy jóvenes y los muy
mayores. En su conjunto las muertes estimadas se situarían alrededor del millón
de personas siendo la diferencia en este sentido sustancial con la anterior
pandemia, a pesar de haberse observado la misma morbilidad, es decir, afectación
del 50% de la población y presentación de manifestaciones clínicas en el 25%.
El
virus responsable de esta pandemia presenta las características atribuibles en
principio a este tipo de difusión, es decir, la aparición de un subtipo
diferente en su composición antigénica, tanto en la hemaglutinina como en
la neuraminidasa, no proviniendo de ningún subtipo anteriormente
identificado, sino de un reagrupamiento de genes entre virus gripales humanos y
procedentes de distintas especies de aves, proceso que probablemente tuvo como
soporte biológico a los cerdos, población animal altamente susceptible a la
infección por virus gripales.
En
definitiva, la aparición de un nuevo subtipo con estructura antigénica distinta
a los anteriores (H2N2) se encontró con una gran facilidad para su difusión,
habida cuenta que la mayoría de la población no presentaba inmunidad frente a
esta nueva variante, aunque la baja afectación de las poblaciones ancianas
sugiere la posibilidad de que estos se infectaran años atrás con un subtipo
relacionado con el de 1957, confirmándose por la presencia de anticuerpos
específicos frente a H2 (sería el responsable de la pandemia 1898-1901) por lo
que la gente anteriormente infectada había adquirido protección suficiente como
para resistir el proceso infeccioso de la gripe asiática.
Este fenómeno plantea
otra cuestión referida a la gripe: ¿Son los subtipos virales capaces de
reaparecer cuando la inmunidad global de la población desciende hasta un cierto
límite? Y si es así ¿Dónde permanece el virus en los periodos interpandémicos?
Fuente Consultada:
http://www.infogripe.com
(Trabajo Enviado Por Hernán P. Justiviano)
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