La Fiebre del Oro:La Pepita de Oro Mas Grande de la Historia

Historia de la Fiebre del Oro y La Pepita de Oro Mas Grande

FIEBRE DEL ORO. La fascinación que el oro, rey de los metales, ejerció siempre sobre el hombre, provocó en el siglo XIX un fenómeno nuevo, conocido con el nombre de fiebre del oro: grandes movimientos migratorios en masa de hombres y mujeres, de toda edad y condición, alucinados por la esperanza de enriquecerse de la noche a la mañana.

Apenas corría la voz de que en alguna parte se habían descubierto yacimientos del precioso metal, grandes caravanas se ponían en marcha.

Recorrían territorios inexplorados y a su paso iban fundando pueblos.

A partir del año 1840 comenzaron a producirse en los Estados Unidos de América y el Canadá estos desplazamientos.

El más famoso fue el de California, en 1849.

Hombres y mujeres de todas partes de Norteamérica abandonaron sus ocupaciones ha bituales y se lanzaron hacia allá.

Este movimiento adquirió tal importancia, que los busca dores de oro constituyeron una especie de re;pú blica y se dieron a sí mismos una forma pro.pia de gobierno.

En el espacio de un año, San Frarrisco, que era un pequeño pueblo, se convirtió en una ciudad de 25.000 habitantes.

la fiebre del oro:buscador

La fiebre del oro: Monumento a un buscador

La búsqueda del oro era dramática, pues se padecían penuria y privaciones sin cuento.

Exhaustos, mal nutridos, a veces enfermos, los inmigrantes se es:for zaban en ser los primeros en llegar a las comar cas auríferas.

Muchos morían, otros se veían obligados a regresar con las manos vacías, y so lo algunos se enriquecieron. Son conocidas tam bien las búsquedas de oro de Colorado, en 1851 y de Yukón (Alaska), en 1897.

En Australia se descubrió oro y se produjo un movimiento de este tipo hacia 1850, afluyendo importantes masas a la ciudad de Melbourne, desde donde partían hacia los centros auríferos.

En Nueva Zelanda en 1860 y en Sudáfrica en 1870 se registraron también grandes desplazamientos de hombres en busca de oro.

La fiebre que llevó más a la ruina que a la riqueza

EL 24 DE ENERO de 1848, James Marshall descubrió oro en el Sutter’s Miller el valle de Sacramento, California, y desencadenó la fiebre del oro más grande de la historia.

Al divulgarse la noticia, los aspirantes a gambusinos viajaron por decenas de millares de todo el orbe hacia la tierra dorada.

Estadounidenses de ciudades de la costa del Atlántico y el Golfo de México atiborraron embarcaciones muchas veces innavegables que ofrecían el viaje por el Cabo de Hornos.

Otros abordaron destartalados vagones que atravesaban con dificultad las Montañas Rocosas o los desierto de Arizona.

Muchos fallecieron en el trayecto, perdidos durante tormentas o en el mar fulminados por enfermedades o aniquilados por la sed en el camino por tierra.

Sin embargo, en 1849 había llegado a California 80.000 gambusino que se desparramaron por los valles montañosos, cavaron minas y tamizaron ríos en busca de oro.

Si bien los primeros fortyniners ("cuarenta y nueves" , clara referencia a 1849) se hicieron ricos, muchos de los que llegaron después apenas tuvieron para comer, no se diga para hacer fortuna.

Gastaban de inmediato sus ganancias en provisiones básicas, que les vendían a precios desmesurados: por ejemplo, cada huevo costaba un dólar.

Quienes amasaron verdaderas fortunas fueron los comerciantes de estos productos.

Sin embargo, la seducción que ejercía el oro no disminuyó.

Los gambusinos se lanzaron en sucesivas y febriles avalanchas por Norteamérica, que continuaron hasta fines de siglo.

Las más espectaculares fueron las de Pike’s Peak, Colorado, en 1859; Deadwood, Dakota del Sur, en 1876; y Klondike, en el territorio canadiense de Yukón, en 1897.

LA PEPITA de oro más grande que se ha descubierto es la Welconze Stranger, con peso de 78.4 Kg. Fue hallada en el estado de Victoria, Australia, en 1869, tirada en un surco de rueda de carreta.

Donde había fiebre del oro, brotaban de la noche a la mañana pueblos prósperos y broncos, donde rudos aventureros de muy distintas razas y nacionalidades bebían, jugaban y peleaban duro, sin gran intromisión de la civilizadora influencia de las mujeres o la ley.

Uno de estos sitios fue San Francisco, que se transformó en poco tiempo de la pequeña aldea de Yerba Buena en una ciudad de 55.000 habitantes, donde hubo 1.400 asesinatos entre 1850 y 1856.

Deadwood fue otra ciudad de auge, famosa por su violencia.

Allí, el 2 de agosto de 1876, Jack McCall asesinó por la espalda al legendario explorador y alguacil federal “Wild Bill” Hickok, mientras éste jugaba al póker en una cantina.

Al decaer la fiebre del oro, Deadwood quedó abandonada y convertida en pueblo fantasma en cuestión de semanas.

Sin embargo, en otros casos, los valerosos (aunque ilusos) empeños de los primeros gambusinos hicieron posible la colonización humana de muchas zonas inhóspitas.

No sólo en Norteamérica, sino también en Australia, donde se descubrió oro en 1851, y en Sudáfrica, donde se hallaron ricos depósitos en 1884.

La búsqueda de oro fundó ciudades importantes, como Denver, hoy capital de Colorado, y Johannesburgo, la más grande de Sudáfrica.

Pero sólo una exigua minoría de los intrépidos cazafortunas encontró la dorada yeta de sus sueños.

El imperio del revólver En 1876, “Wild Bill” Hickok, el pistolero más rápido del Oeste,fue baleado a mansalva cuando jugaba póker por Jack McCall, quien pagó su crimen en la horca.

Fuente Consultada: Sabía Ud. Que..? Selecciones Reader Digest - Wikipedia - Historia Universal Tomo I y II.

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