Biografia de San Ignacio de Loyola:Vida y Obra Religiosa

Biografía de San Ignacio de Loyola:Vida y Obra Religiosa

Nacido en Loyola a fines de 1491, hijo de Beltrán Yáñez de Oñaz y de María Sáenz de Licona, procedía de una noble familia vasca, y de su raza tenía el fervor pasional, el ímpetu religioso y la visión de lo ecuménico.

En sus primeros años fue paje en la corte del Rey Católico. Educóse en la casa de Juan Velázquez de Cuéllar, contador mayor de los reyes, con la esperanza de hacerse un nombre en la carrera de las armas.

Herido en Pamplona el 20 de mayo de 1521, con motivo de un ataque de las tropas de Francisco I de Francia a esta plaza en la primera guerra que sostuvo contra Carlos V, Ignacio leyó y meditó en su lecho de dolor sobre la vida de Cristo y de los santos.

En aquellos días de convalecencia se produjo su nueva actitud espiritual, renunciando a los laureles de las armas por la gloria de la santificación de su alma y a los placeres del mundo por el amor a la Virgen María.

Renovando el antiguo ideal de peregrino a Tierra Santa, partió para Cataluña en marzo de 1522.

Biografia de San Ignacio de Loyola - Vida y Obra Religiosa

San Ignacio de Loyola (1491-1556), sacerdote español fundador de la Compañía de Jesús, orden religiosa de la Iglesia católica más conocida por el nombre de jesuitas que reciben sus miembros.

SAN IGNACIO DE LOYOLA (1491-1556)

Ignacio de Loyola, nacido en 1491 en país vasco, era el menor de los trece hijos de una familia noble.

Fue primeramente paje en la corte del rey Fernando y tuvo pasión por los libros de caballería. De muy joven espadachín, pendenciero y busca pleitos.

Nombrado oficial, resultó con una pierna rota defendiendo una brecha en Pamplona, y le cuidaron tan mal que quedó cojo (1521).

Ignacio, enfurecido, ordenó que le rompiesen nuevamente la pierna y se la restaurasen.

Cuando estaba en curación en casa de su padre, no teniendo otra cosa que leer, leyó la Vida de los Santos y se decidió a imitarlos.

Sabiendo que ya no podía combatir en el ejército, quiso hacerse "soldado de Cristo y de la Virgen".

Fue en calidad de peregrino a visitar la imagen milagrosa de la Virgen del convento de Monserrat, en Cataluña.

Colgó sus armas en el altar de la Virgen, dio sus vestidos a los pobres y tomó el hábito de peregrino.

Fundador de la orden religiosa llamada Compañía de Jesús, en 1540, para contrarrestar el avance de la reforma protestante.

Esta orden se caracterizaba por su perfecta disciplina y obediencia , casi de tipo militar (de ahí el nombre de Compañía), no para matar al enemigo, sino para defender y propagar la fe cristiana por medio de escritos, predicaciones y misiones.

Su recuperación fue un proceso inútil, lleno de dolor y fiebre, en el que Ignacio aprovechó para leer, aunque sólo podían ofrecerle libros religiosos, pese a que él quería de caballería. Así paso su convalecencia, entre visiones, fiebre y terribles dolores, enfrascado rn la lectura de la vida de los santos.

Estudió las reglas benedictinas de estos monjes y se retiró a una cueva de Manresa donde escribió la mayor parte de sus Ejercicios Espirituales.

De allí partió para Jerusalén con la intención de quedarse el resto de su vida en los Santos Lugares.

Pero fue obligado a regresar a Barcelona donde estudió latín mientras vivía en una pensión de la calle Princesa, donde dotmía sobre un humilde colchón asegura que meditaba y levitaba.

Entre sus obras escritas destacan, al margen de los Ejercicios Espirituales y La Constitución de la Orden, cartas y una autobiografía o diario.

Ignacio murió repentinamente en 1556, fue canonizado en 1621 declarado patrono de los Ejercicios Espirituales por Pío XI, celebrándose su festividad el 31 de julio.

San Ignacio de Loyola

LA REACCIÓN CATÓLICA:

La extraordinaria difusión que alcanzaron el luteranismo y demás herejías, originó un movimiento de reacción que, partiendo del seno de la Iglesia, trató de corregir los males que la afligían.

Este movimiento, que levantó el nivel moral del mundo católico, combatió las herejías y dio santos ilustres a la Iglesia, se llama la Contrarreforma.

Los Concilios de Viena (1311), Pisa (1409), Constanza (1414-1418) y Basilea (1431-1449), intentaron sin éxito corregir los defectos de la organización eclesiástica, pues los Papas no se habían decidido a emprender la tan anhelada reforma por hallarse contagiados del ambiente fácil y cómodo y por el temor de que un Concilio reformador viniese a mermar y a derogar su autoridad, potestades y atribuciones.

No andaban equivocados, ya que la revolución iba directamente dirigida contra la autoridad del jefe de la Iglesia.

Ahora, sin embargo, las cosas habían cambiado; el Pontífice se encontraba amparado por dos grandes puntales: la Inquisición y la Compañía de Jesús, cuyos miembros, a los votos de castidad, pobreza y obediencia, comunes a todas las órdenes religiosas, anteponen el de "obediencia pasiva" al Papa.

El 13 de diciembre de 1545 tuvo apertura el Concillo de Trento, que finalizó el 4 de Diciembre de 1563,es decir duró 18 años.

San Ignacio de Loyolas vida y obra religiosa

La orden religiosa que mayor contribución tuvo en este movimiento y la que, en último extremo llevó la voz cantante a lo largo del Concilio de Trento, fue la Compañía de Jesús, que fundó el vasco Ignacio de Loyola.

Como es sabido, Ignacio de Loyola (1491-1556) era militar y durante el sitio de Pamplona fue herido en una pierna.

Durante la convalecencia le fue entregado un libro de vidas de santos que leyó y sobre el que meditó profundamente.

"¿De qué me vale ganar el mundo si pierdo mi alma?", fue la gran cuestión que se planteó y que le decidió a entregarse enteramente a trabajar".

A la mayor gloria de Dios", lema de los jesuitas.

Dejó la espada a los pies de la Virgen y luego paseó su cojera y su recio espíritu por París, Tierra Santa y Roma. Finalmente presentó al papa Paulo III los estatutos de una orden con gran aliento militar. Por esto la llamó "Compañía".

El año 1540 fueron aprobados los estatutos, y los jesuitas comenzaron a levantar casas en España, Europa y América.

Una de las armas de conquista y apostolado más interesantes ideadas por el ilustre fundador fue el libro Ejercicios Espirituales, que es un verdadero autoanálisis del alma en busca de la perfección cristiana.

Ejercicios espirituales:manual para las necesarias meditaciones sobre el sentido de la vida y sobre el perfeccionamiento de una forma de vivir, divididas en cuatro periodos o semanas

Si la obra del Concilio de Trento fue larga, también fue eficaz.

Los numerosos puntos que se discutieron pueden dividirse en dos grupos: los que afectan al dogma y los que se refieren a disciplina eclesiástica.

En resumen, fue una revisión total de la doctrina católica y la instauración de una verdadera disciplina que estaba muy relajada.

Se definió la doctrina del pecado original, se decretó la perpetuidad del matrimonio, el celibato eclesiástico, la devoción a los santos, la necesidad de la Tradición, el número de Sacramentos, la doctrina del Purgatorio, la autoridad del Papa sobre los Concilios, etc.

Quizá la más importante decisión respecto al dogma fue la "Teoría de la justificación", según la cual la fe por sí sola no basta (tesis opuesta a la teoría de Lutero), pero la fe con obras hace que los méritos de Cristo permitan valorar nuestros propios méritos.

Respecto a la disciplina se suprimieron todos los vicios y corruptelas que inficionaban el clero, , la obligación de los obispos de residir en sus diócesis y la creación de los seminarios para la formación de los sacerdotes.

La tarea de llevar a la práctica los acuerdos del Concilio fue lenta, pero segura.

Esta reforma robusteció el Catolicismo en las naciones que se mantuvieron fieles, dio al mundo un nuevo espíritu de tolerancia.

Además del mundo pagano, del que se iba teniendo noticia (China y Japón, América, etc.) existieron tres grandes bloques: el Catolicismo, el Protestantismo y el Mahometismo.

Por su parte el Catolicismo creó dos instituciones para la defensa de la fe: "La Sagrada Congregación del Índice", donde se dictaminaba sobre los libros prohibidos, y "La Inquisición", que si bien ya existía en algunos puntos, fue robustecida.

-------------  00000 ------------

• PARA SABER MAS!...

BIOGRAFÍA: Ignacio de Loyola y la Compañía de Jesús (1491-1556)

San Ignacio de Loyola Era un soldado que amaba el placer y todas las diversiones típicas de los hombres destinados a las armas; le gustaba leer los relatos de andanzas de caballeros y de amor cortesano.

Su ambición era ser un soldado aventurero.

Sus sueños se evaporaron cuando una bala de cañón le hirió la pierna y lo dejó lisiado de por vida.

Mientras sanaba su herida, Ignacio se dedicó a leer vidas de los santos y la historia de Cristo.

El idealismo que antes lo impulsaba a la carrera de armas, ahora lo llamaba a ser un soldado para Cristo.

Pasó todo un año meditando y haciendo su examen de conciencia.

Esta última experiencia lo llevó a escribir los Ejercicios espirituales, un libro corto que enseña cómo disciplinarse de manera tal que la voluntad, las emociones y el cuerpo puedan ponerse al servicio del espíritu.

San Ignacio sintió una gran necesidad de educarse.

A pesar de tener más de treinta años, no tuvo vergüenza de volver a un equivalente del colegio secundario y aprender latín.

Luego estudió en varias universidades en España y en París por espacio de diez años.

Al terminar este período de formación, san Ignacio funda la orden que luego fue conocida como "los jesuítas".

En 1534, en la capilla de san Dionisio en París, reúne a un grupo de hombres que prometen llevar una vida de pobreza y de celibato. Se autodenominan la "Compañía de Jesús".

La Compañía marcha a Roma a ver al papa Pablo III y ofrecerle sus servicios.

Le juran obediencia y apoyo incondicional. El Papa acepta el ofrecimiento, aprueba la orden y nombra a Ignacio su Padre General.

Tanto san Ignacio como sus sucesores han trabajado tan cerca de los papas que a los Padres generales de los jesuítas se los ha apodado "los Papas Negros".

Este título deriva de las sotanas negras que visten los sacerdotes jesuítas.

La orden creció en muy poco tiempo y con un éxito enorme.

Fueron particularmente eficientes en las misiones y en el área de la educación.

San Francisco Javier, uno de los primeros miembros de la Compañía de Jesús, representa el modelo del misionero.

Fue enviado a Oriente, donde predicaba sermones sencillos con un encanto personal especial en el modo de evangelizar y acercar a la fe a miles de personas en la India, Japón y en las Indias Orientales.

Pero es quizás en la educación donde los jesuítas son reconocidos mundialmente como líderes. San Ignacio fundó muchos colegios para preparar a sus seminaristas.

En poco tiempo, los jesuítas establecieron y formaron parte del cuerpo académico de muchas de las universidades de los países católicos de Europa.

La tarea demandaba a tantos de sus hombres, que casi todos ellos estaban ocupados en algún asunto educativo.

Muchos creen que el secreto del éxito de los jesuitas se debe a su estricta disciplina y a su énfasis en la obediencia.

San Ignacio no olvidó sus días en el ejército y no vio ningún inconveniente en utilizar muchas de las enseñanzas aprendidas allí, y aplicarlas al estilo de vida de su Orden.

Consideró igualmente importante insistir en la educación de sus hombres, pues no quería en las aulas a maestros que no estuviesen bien formados.

Los jesuitas estudiaban durante varios años antes de estar al frente de una cátedra.

San Ignacio formó un ejército de hombres al servicio de la Iglesia en la Contrarreforma.

Los entrenó para ayudar a la gente a recobrar su confianza en ella, y permanecerle fiel.

Muchos otros grupos dentro de la Iglesia fueron también responsables de la Contrarreforma, pero pocos tuvieron la energía o la dedicación de la Compañía de Jesús.

La reforma de la Iglesia en España y la fundación de la Compañía de Jesús, fueron dos de los muchos esfuerzos que ayudaron a detener el avance del protestantismo.

Estos movimientos y otros terminaron de consolidarse en el Concilio de Trento, cuando la Iglesia retoma su rumbo y comienza una vida nueva.

Y ALGO MAS...
Los Soldados de Dios

Durante su convalecencia Ignacio había pedido algunos libros para entretenerse. Quería obras de caballeros medievales con aventuras fantásticas, pero no había libros de ese tipo, y debió leer sobre historia de Cristo, que relataba la vida de alguno santos.

Tras aquellas lecturas, Ignacio descubrió un nuevo sentido para su vida: ser soldado de Dios y de la Iglesia. Apenas restablecido, se dedicó a visitar iglesias y conventos, socorrer a los pobres, orar y meditar.

Después de formular votos ante la Virgen de Monserrat, trocó sus armas por hábito mendicante y fortaleció su espíritu, cada vez más enardecido por la fe, en el sacrificio, austeridad y desapego de los bienes terrenales. Su anhelo de Dios lo llevó a Tierra Santa, perseguido por el recelo y la incomprensión.

De regreso en España, Ignacio decidió entregarse a la vida religiosa, en la oración y en el celo apostólico dé la difusión de la doctrina de Cristo. Y, como entendiera que para lograr una verdadera eficiencia en sus prédicas debía primero él poseer una sólida preparación, siguió estudios en Barcelona, en Alcalá y en la Universidad de Salamanca.

Más tarde fue a París e ingresó en la famosa Universidad de la Sorbona, de donde egresó tres años después, con el título de "maestro de filosofía".

Durante su estada en Francia, Ignacio se rodeó de algunos compañeros que compartieron su ardiente fe. Con ellos fundó una "compañía" militante de tipo caballeresco, destinada a combatir la herejía, la idolatría y la ignorancia.

Después de formular los votos en Montmartre, Ignacio y sus compañeros se trasladaron a Roma, donde obtuvieron del papa Pablo III el reconocimiento de la nueva orden religiosa, que pusieron al servicio de la Santa Sede y de la cual Ignacio fue su primer "general".

Era menester consolidar la fe, enseñar, ayudar a los pobres y hacer frente a los enemigos de Dios y de la Iglesia. Para ello se requería una intensa predicación, "ejercicios espirituales" —método de renovación de vida cristiana que pasó a la posteridad como la obra maestra de Ignacio de Loyola—, escuelas, hospitales, etc. Ignacio trabajaba más que nadie, distribuía las tareas, organizaba, sugería, guiaba, ordenaba.

Además de los nombrados "ejercicios espirituales", escribió la "Constitución de la orden" y "Declaraciones".

Esta intensa actividad quebrantó su salud.

El 30 de julio de 1556 enfermó gravemente e imploró la bendición del Santo Padre.

Falleció al día siguiente a los 65 años de edad.

Temas Relacionados:

Fundacion de la Compañia de Jesus:Historia y Objetivos de la Orden
Pedagogia y Método Educativo en los Colegios Jesuitas:Orígenes
Instituciones Religiosas en America Colonial:Obras de la Iglesia
La Contrarreforma Católica San Ignacio Loyola Resumen
Biografia de Francisco Javier :Santo Jesuita Misionero Español
Estancias Jesuiticas en Cordoba:Historia de su Origen,Ubicacion

Enlace Externo:• Cinco frases de San Ignacio de Loyola para la vida diaria


La Historia del Mundo en Imágenes


Entradas Relacionadas Al Tema

Subir

Usamos cookies para darte una mejor experiencia de navegación. Si continuas navegando, aceptas el uso de las cookies Más información...