Mosaicos Bizantinos:Su Significado y Caracteristicas del Arte

Mosaicos Bizantinos:Su Significado y Caracteristicas del Arte

Los primeros que realizaron este "juego de pegar piedritas de colores" con atención se dieron cuenta de que, además de set divertido, daba bellísimos resultados y podía proporcionar inesperadas posibilidades decorativas.

Bastaba discurrir la forma de "fijar" las piedrecitas con una argamasa resistente; si descubrió el procedimiento y nació el primer mosaico.

Posteriormente, los guijarros fueron sustituidos por materiales más preciosos y decorativos: mármoles de colores, piedras duras, esmaltes y pastas especiales vitrificadas.

Las piedras se cortaban con instrumentos muy afilados, y eran reducidas a cuadraditos, rectángulos y triángulos de pequeñas dimensiones, que se llamaron teselas.

Estas teselas constituyen la verdadera y específica materia del mosaico: son, por así decirlo, trocitos de color sólido, resistente e inalterable, que, colocados uno junto a otro con cuidado y paciencia, confieren al mosaico un aspecto realmente característico e inconfundible.

Introducción:

La división del Imperio romano marcó un punto de inflexión en la historia. El 11 de mayo de 330, a orillas del Bósforo, Constantino el Grande inaugura solemnemente la segunda capital legal del Imperio.

Bizancio, antigua colonia griega fundada por marineros de Mégara en 657 a.C., pasa a denominarse Roma Nova (la nueva Roma) o Constantinópolis (Constantinopla) la ciudad de Constantino.

Su localización geográfica es excelente: situada entre Europa y Asia, en el paso entre el mar Negro y el Mediterráneo oriental, Constantinopla lo posee todo para convertirse en un gran centro comercial.

La ciudad es prácticamente inexpugnable y puede resistir por mucho tiempo a los ejércitos enemigos.

Por tres lados el mar la encierra; el cuarto está defendido por poderosas murallas.

Un ciudadano romano de la "época de Augusto no podría reconocer fácilmente a las legiones que desfilan frente al emperador.

Su mismo armamento está modificado por la influencia de los bárbaros y la necesidad de adaptarse a la lucha con éstos.

Las armas nacionales —el pilo, el gladio, el gran escudo, la coraza metálica— han cedido el lugar a las espadas, lanzas, puñales, escudos redondos y corazas de cuero.

Cuerpos enteros de caballería están equipados, a imitación de los persas, con poderosísimos arcos. En algunos destacamentos los hombres y los caballos están cubiertos de hierro o de cotas de malla.

El cambio en el armamento refleja las profundas modificaciones acontecidas en la estructura del mundo romano.

Continuos ataques de pueblos bárbaros en las inmensas fronteras marcaron el fin de la política expansionista de los antiguos emperadores.

Roma se puso a la defensiva.

La seguridad fue incluso comprada a precio de oro.

Las revueltas militares se multiplicaron y cada comandante con algún prestigio se consideraba destinado a ascender al trono.

Pocas dinastías llegaron tan siquiera a la tercera generación: el Imperio no era legalmente hereditario y, aunque de estructura jerárquica, cualquier enganchado que llegara a jefe militar podía convertirse en César.

La sede imperial se convirtió en un trofeo que podía ser conquistado por el general más fuerte.

Construyéronse fortificaciones en las fronteras.

En ellas estaban acantonadas las tropas menos disciplinadas, a las cuales fueron concedidos lotes de tierra. Su misión se tornó más en una tarea de vigilancia que de respuesta al enemigo.

Situado el Imperio bizantino a las puertas de Asia, la distancia geográfica que separaba a Constantinopla de Roma se convirtió rápidamente en una lejanía aún mayor.

Hasta la fe cristiana, que quiso conciliar a Oriente y Occidente, y los sueños de una Iglesia universal se tiñeron de polémicas teológicas, rivalidades jerárquicas, acusaciones de herejía y excomuniones, que acentuaron la diferencia de rumbos que separaba a ambos mundos.

La tenaz persistencia de las invasiones germánicas, la expansión del Islam y las crisis políticas y económicas pudieron mucho más que los concilios ecuménicos y la reivindicación de las antiguas glorias.

Con el tiempo, Constantinopla se convirtió en el centro de una nueva práctica del cristianismo y también de una sensibilidad particular.

La expresión artística, en especial en el dominio de la arquitectura y la técnica del mosaico, configuró un mundo de características propias e inconfundibles.

Por otra parte, enclavada en un punto estratégico de las rutas mercantiles que ponían en relación el Mediterráneo y las remotas tierras de la India y China, Constantinopla pasó a ser un centro comercial relevante.

Por esa misma razón, la ciudad se convirtió en un botín codiciado por numerosos ejércitos. De este modo, el Imperio bizantino vivió sus momentos de gloria y de tragedia.

Ni el esplendor de sus iglesias, ni la magnificencia de sus emperadores, ni el grosor de sus murallas bastaron para salvar a Bizancio del acero enemigo ni de las aún más temibles luchas por el poder.

El arte Bizantino alcanzó su cénit en 547 con los célebres mosaicos de Justiniano y Teodora, ubicados en la iglesia de San Vital, en Ravena (Italia).

Además de su belleza, los mosaicos bizantinos brindan una valiosa información sobre la sociedad de la época.

La iglesia de San Vital: La iglesia data del siglo VI y presenta un exterior sobrio, pero su interior está bellamente ornamentado con toda clase de mosaicos; entre ellos, los de Justiniano y Teodora.

Ábside de la iglesia de San Vital.

La majestuosidad de Santa Sofía: La basílica de Santa Sofía (Turquía), construida en el siglo XI, atesora lujosos mosaicos en su interior.

Las figuras más representadas son las de Justiniano, Constantino y Cristo. Mosaico de Cristo en el pulpito sur.

CARACTERISTICAS DEL MOSAICO

Mosaicos Bizantinos y Su Significado y Caracteristicas

1-Riqueza Visual: la variedad de teselas fabricadas en materiales vitreos odorados enriquece la gama cromática del mosaico

2-El crismón:El monograma de Cristo fue adoptado por Constantino, el primer emeprador romano Cristiano.

3-Belisario, artífice de la consquista de Ravena en 539. A su lado figura otro general, presumiblemente llamado Narsés.

4-Símbolo del emperador Justianiano, que ofrenda un recipiente de oro, luce una aureola que resalta la condición divina de su cargo.

5-Influencias: los pliegues de las togas y túnicas denotan la influencia griega en la cultura bisantina.

6-Apoyo del clero: se subraya por medio de la presencia del obispo Maximiano de Ravena, flanqueado por tres de sus subordinados.

EL ARTE BIZANTINO:

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Arte bizantino (siglo VI). «El emperador Justinlano portando una patena». Detalle de uno de los mosaicos que rodean el altar en el ábside de la iglesia de San Vital, en Rávena.

Es la época de plenitud del arte bizantino que culmina en Santa Sofía, de Constantinopla.

Rávena, ciudad italiana en las orillas del Adriático, que fue capital de Exarcado, conserva magníficos monumentos bizantinos.

Casi durante tres siglos fue una prolongación de Constantinopla.

Creció su importancia en la época de Honorio, hijo de Teodosio, que trasladó allí su corte por creerse poco seguro en Roma, amenazada por los bárbaros.

Se edificó entonces el mausoleo de Gala Placidia.

La ciudad tuvo luego un periodo de decadencia hasta el reinado de Teodorico y la ocupación bizantina.

Los emperadores hicieron de Rávena la capital de Exarcado, con jurisdicción, nominal o efectiva, sobre Italia meridional, Sicilia, costa norte de África y España.

De esta época datan numerosos monumentos, como las dos iglesias dedicadas a San Apolinar y la de San Vital.

Esta es la última obra de los exarcas bizantinos y se conserva intacta, a excepción de los mosaicos, que no se terminaron y fueron destruidos en parte durante el Renacimiento.

Su planta responde al principio de disponer todos los elementos alrededor de una gran cúpula central sostenida por pilares y columnas.

La de San Vital es muy ligera y puede apoyarse sobre una pared sumamente delgada.

Las naves están cubiertas por una combinación de bóvedas que se penetran irregularmente.

Los únicos mosaicos que no se han destruido se encuentran en el ábside.

Son una muestra de la gran riqueza del conjunto.

Sobre un fondo de oro, árboles, plantas, flores y animales decoran los plafones y alternan con imágenes de profetas y apóstoles en pequeños medallones.

Un arrimadero forma un friso con personajes históricos realizados también en mosaico A uno de éstos pertenece el fragmento que reproducimos.

En él aparece el emperador Justiniano acompañado del obispo Maximiano con jerarcas, guerreros y sacerdotes. En el de enfrente se representa a su esposa Teodora rodeada de un gran séquito.

La técnica del mosaico, cuyos orígenes se remontan a la antigüedad clásica, consiste en combinar armoniosamente, asegurándolos con un cemento sobre una superficie sólida, piezas diminutas de mármoles u otras piedras de colores y cubos pequeños de pasta, vidriados por una de sus caras. Imitan, hasta cierto punto, las alfombras o tapices.

Es muy posible que estos plafones de San Vital se importaran ya compuestos de Constantinopla y fueran luego pegados sobre la pared de la iglesia.

El mosaico se presta a esta clase de traslaciones.

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• ►PARA SABER MAS...

UNA PINTURA ABSOLUTAMENTE PARTICULAR

Como ya hemos dicho, el mosaico puede considerarse como un particular género de pintura, pero es inexacto creer que es tanto más hermoso cuanto más se parece a la pintura común.

En ésta, los colores pueden mezclarse, superponerse, difuminarse en medias tintas y claroscuros.

En el mosaico, en cambio, los colores —que en el fondo no son otra cosa que trocitos de piedra— se pueden acercar, de forma que hagan un contraste entre los distintos tonos.

Por eso, un verdadero artista del mosaico debe saber combinar su estilo con las exigencias del material que utiliza, y crear una pintura hecha de contrastes de colores, de líneas rígidas, de figuras siempre un tanto estilizadas.

En este aspecto severo, esencial, radica el mayor mérito del mosaico.

De acuerdo con estos conceptos, los antiguos maestros —y en particular los bizantinos, que fueron los verdaderos "magos" del mosaico crearon obras de un vigor y de una coherencia estilística inolvidables.

LAS DIVERSAS FASES DE LA EJECUCIÓN

Los preliminares para la ejecución de un mosaico se asemejan a los que se realizan para la pintura al fresco.

Se comienza preparando la pared con una primera capa de revoque, más bien áspero, compuesto de cal, mezclada con polvo de mármol y paja triturada.

Como esta capa que sostiene a otras debe ser áspera, entonces, con el fin de ofrecer una mayor adherencia, se practica en ella un rayado "escalerilla" o unas estrías en forma de losanges.

Otra capa, todavía bastante áspera, viene a cubrir la primera.

Sobre esta capa, el ejecutor de mosaicos traza un esbozo de la composición, una especie de "prueba", como los bosquejos previos a los frescos.

Hecho esto, se dispone la "cama de base" del mosaico, o sea la última capa de argamasa, mucho más fina que las anteriores y de composición más "grasa", que debe recibir las teselas de colores.

Sobre esta cama de base se hace un nuevo diseño, más detallado, de toda la composición y se completa con los colores que servirán de guía -en la disposición de las teselas; el oro de los fondos se señala con rojo.

Inmediatamente después, mientras la "cama" permanece húmeda, deben disponerse las teselas.

Primero se señalan los contornos de las figuras y después se completan las partes interiores.

Como la forma de los cubitos de colores no es perfectamente regular, entre una tesela y otra quedan unos intersticios muy finos.

Una vez terminado el mosaico se pasa por la superficie una ligera capa de cal finísima, o bien una masilla especial: así quedan perfectamente unidas las teselas.

Lo sobrante se quita frotando el mosaico con unos pinceles duros.

La sutil retícula de cal no contiene sólo la función práctica de mantener unidas las teselas, sino también una importante función estética.

Al aislar las piedras de colores, las hace resaltar muchísimo más y permite que la luz se refleje mejor sobre la superficie de color.

mosaico detalle


Arte bizantino: El príncipe Alejo  Estambul, Santa Sofía - A los antiguos artistas del mosaico les gustaban mucho los destellantes fondos de oro que hacían más preciosas sus obras.

La manufactura de las teselas doradas era más bien laboriosa: se preparaba primero una plancha de vidrio de color verdoso, y, sobre ella, se colocaban unas finísimas hojas de oro.

Sobre las hojas de oro se extendía otra capa de pasta vítrea transparente.

El compuesto se volvía a cocer de nuevo en hornos especiales.

Las planchas así preparadas se dejaban enfriar, y después se cortaban en forma de teselas.

Pero, al disponer los fondos, se empleaban algunos recursos especiales: para hacer resaltar mejor la brillantez de estas teselas y para romper la uniformidad del "todo oro" (que no permitía sugestivos juegos de luz refractada entre las lóselas) colocaban entre ellas algunos "trozos" de color más oscuro, o bien colocaban las mismas teselas vueltas al revés.

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