MISA EN
LA CATEDRAL METROPOLITANA
La Misa en la
Catedral se realizó a las 18.00 Hs.ante un marco espectacular ya que la
mayoría de los asistentes lucían prendas gauchas en respuesta a la
convocatoria del Instituto Güemesiano. Tan preciada prenda fue lucida
por los integrantes del Instituto Güemesiano, el Centro de Residentes
Salteños de la Zona Oeste del Gran Buenos Aires y Agrupaciones
Tradicionalistas de Buenos Aires que aportaron la indumentaria sureña.
La Misa comenzó
con el ingreso de las Banderas de Ceremonias de la Nación, Provincia de
Salta y Ciudad de Buenos Aires, las que se ubicaron a la derecha del
altar. Fueron portadas por Mario Huertas (de Cachi), Roberto Casimiro
(de Rosario de Lerma) y Beatriz Signoretta (de Cdad. De B Aires).
Seguidamente ingresó en andas el Cristo Campesino, Patrono de los
Güemesianos, trasladado al Altar por José Guedilla (de Cafayate) y Ester
Maidana (de Avellaneda, Prov. de B Aires).
Acto seguido
ingresó la Cruz (portada por Rubén Herebia, paraguayo), los ciriales
(portados por Diana Stiefel –porteña- y Jorge Elizalde –entrerriano-)
precediendo al Celebrante.
Al dar inicio a
la Misa el Sacerdote expresó que la misma era para rezar por el alma del
Grl. Martín Miguel de Güemes en el día de su natalicio y por las
intenciones de los Güemesianos. En varias oportunidades se mencionó su
nombre en ese recinto Sagrado que es la Capital Metropolitana erigida en
el año 1580 y en forma definitiva, como actualmente se conserva, en
1822.
Las ofrendas
fueron trasladadas al altar por Mirta Castro (entrerriana) y Luis Ance
(catamarqueño). Las lecturas estuvieron a cargo de Naira Malén Pérez (de
Bahía Blanca) y Pablo Pérez (Chaqueño).
Luego de
pronunciar la Oración de los Güemesianos, fueron bendecidas las Medallas
de los Abanderados y Escoltas para el período del Bicentenario de la
Patria (2010-2016).
Finalizada la
Misa los asistentes fueron invitados a trasladarse hasta el Panteón del
Grl. José de San Martín donde se recordó que ambos próceres nacieron en
el mismo mes, siendo aún niños se incorporaron a la carrera militar,
lucharon por la Patria, compartieron ideales y una respetuosa amistad.
Seguidamente el
numeroso grupo se trasladó al Altar de Nuestra Señora de La Paz, imagen
traída desde Bolivia en 1751 y considerada “Fundadora de la Catedral”.
Allí se recordó que el Grl. Güemes luchó por recuperar el Alto Perú que
hasta 1810 formó parte de nuestro territorio y que Tarija estuvo bajo su
mando hasta su muerte, en Junio de 1821.
Luego, en
ordenada e impactante procesión, los gauchos se dirigieron a la Pirámide
ubicada en Plaza de Mayo. Desde su egreso de la Catedral la destacada
comitiva fue centro de atención de la multitud de transeúntes entre los
que se destacan turistas extranjeros que se unieron al grupo y
registraron en sus cámaras cuanto ocurrió.
ACTO EN
LA PIRAMIDE DE MAYO
Al pié de la
Pirámide la Prof. María Cristina Fernández expresó en el guión:
“En el día en
que celebramos el 225º Aniversario del natalicio de Martín Miguel Juan
de Mata Güemes, ocurrido en Salta el 8 de Febrero de 1785, es un
legítimo orgullo traer su memoria tanto a la Catedral Metropolitana como
a Plaza de Mayo. En la Catedral elevamos plegarias para agradecer a Dios
su gloriosa vida y ante esta Pirámide evocamos su nacimiento para la
Patria con la Revolución iniciada el 25 de Mayo de 1810.
Este espacio
verde es desde 1942 lugar histórico y de uso restricto, por lo cual se
agradece a las autoridades del Gobierno de la Ciudad de B Aires haberlo
autorizado”.
Se dio inicio
al acto entonando el Himno Nacional Argentino y el Himno a Güemes. Luego
se recordó que “el Grl. Güemes junto a otros comprovincianos como
José de Moldes y Francisco de Gurruchaga, fue un precursor de nuestra
Independencia. Debido al accionar de estas personas, cuando llegó a
Salta la noticia de la Revolución producida en el Cabildo frente al cual
nos encontramos, Salta se pronunció a favor del movimiento y del
Gobierno aquí formado. Nicolás Severo de Isasmendi, nacido en Molinos y
entonces gobernador de la Intendencia de Salta quiso impedir que se
eligiera un representante para integrar la Primera Junta y encarceló a
los cabildantes. Uno de ellos era don Calixto Gauna, quien escapó de su
prisión y durante 8 días galopó sin descanso hasta llegar a B Aires e
informar a la Junta lo sucedido en Salta”.
El relato
continuó con las palabras del Académico y Secretario del Instituto
Güemesiano Cte Grl (R) Pablo Pérez quien dijo:
“Nos hemos
reunido para conmemorar el 225º aniversario del nacimiento del General
Don MARTIN MIGUEL DE GUEMES, ocurrido en el año 1785 en la ciudad Salta;
y lo hacemos en el marco de la evocación del bicentenario de la
Revolución de Mayo de 1810. Existiendo una íntima relación entre ambas
recordaciones ya que Martín Miguel de Güemes fue uno de los puntales y
protagonista fundamental de la defensa de los ideales libertarios de
mayo.
Guemes ya
había tenido un primer contacto con Buenos Aires, al participar, siendo
aún cadete, en la defensa y reconquista de la ciudad, durante las
invasiones inglesas de los años 1806 y 1807.
Al
producirse los acontecimientos de mayo de 1810, la intendencia de Salta
del Tucumán adhiere espontáneamente a la causa de la revolución.
Martín
Güemes, que se encontraba en su provincia, se pone al servicio de la
causa organizando el primer escuadrón de milicias con el que actúa
exitosamente en la Quebrada de Humahuaca.
Y no es
casual esta adhesión de Salta a la causa de Mayo. Muchos jóvenes
americanos que, siguiendo la tradición y la costumbre de la época, se
encontraban estudiando en España, vivieron la crisis de la monarquía
española y la invasión napoleónica de la península y formaron
asociaciones secretas para evaluar la situación, aprovechar la
coyuntura e impulsar la independencia en América. Entre ellos estaban
quienes serían figuras relevantes del proceso independentista de América
como San Martín, Zapiola, Bolívar, O´hhiggins, Balcarce, Alvear y dos
jóvenes salteños José Moldes y Francisco Gurruchaga, quienes regresaron
a Buenos Aires y luego a Salta a principios de 1809 con la intención de
ilustrar a los americanos sobre la desastrosa situación en España y
difundir la idea revolucionaria.
Martín
Miguel de Güemes, que había regresado a Salta en 1808, luego de la
participación en las invasiones inglesas, toma contacto con los recién
llegados del viejo mundo, Moldes y Gurruchaga, convirtiéndose en
consecuente receptor de sus inquietudes e insuflando su espíritu con el
noble sentimiento de libertad e independencia.
Así es que
al producirse el movimiento de mayo de 1810, Salta respondió a Buenos
Aires, y con ella todas las ciudades que conformaban esa intendencia:
Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero, Catamarca, Orán y Tarija.
Güemes con
ayuda de Moldes y Gurruchaga, que descendían de las dos familias
comercialmente mas fuertes de todo el Río de la Plata y de otros
pastriotas, forma un escuadrón de caballería con el que se presentó al
gobernador designado por la Junta Don Feliciano Chiclana, a ofrecer sus
servicios, cumpliendo su primera misión en Humahuaca, evitando el
auxilio de los realistas del Alto Perú a los rebeldes de Córdoba, acción
con la cual, según el Doctor Bernardo Frías “salvó a la revolución” y
evitó que “muriera en su cuna la libertad”.
Así,
comienza sus servicios a la Patria, aquel de quien hoy recordamos su
nacimiento, y será durante 11 años, hasta su muerte en 1821, el bastión
y el muro contra el que se estrellaron todas las invasiones realistas,
que desde el Perú, centro del poder español, intentaron avanzar hacia
Buenos Aires para recuperar los dominios del ex-Virreynato.
En todos
esos años el General D M M de GUEMES, protagonizó la más original y
menos conocida de las gestas emancipadoras de América, llamada la guerra
gaucha que al decir del Doctor Luis O COLMENARES, lo convierten en el
“Supremo Defensor de la libertad y la independencia de las Provincias
Unidas del Río de la Plata y el máximo mártir de la emancipación de Sud
América hispana”.
Por eso en
este tiempo del Bicentenario el Instituto Güemesiano en Buenos Aires
considera de estricta justicia recordar su onomástico al pie de la
Pirámide de Mayo, verdadero símbolo de la ciudad capital del país, por
quien tanto luchó, no solo contra los invasores ingleses y los realistas
que quisieron recuperarlo, sino, incluso en las luchas internas, al no
involucrarse en las disputas de los caudillos federales contra Buenos
Aires. Su gran interés fue siempre uno: La PATRIA (como Nación).
Recordemos que al caudillo entrerriano Francisco Ramírez, al buscar su
apoyo para la alianza armada contra los porteños le contestó: “Para mí
Buenos Aires es la capital, donde está el centro de la vida, del
porvenir y del progreso, y si algo estima mi opinión y mi amistad,
vuelva sobre sus pasos y contribuya a convocar un Congreso que
establezca la unidad de los pueblos bajo una ley común y libre”
Una de sus
frases mas clara y profunda fue “Morir por la Patria es gloria”.
El General D Martín Miguel de Güemes alcanzó la gloria al morir por la
Patria cumpliendo lo que le dijera a un general enemigo ante el intento
de soborno para que abandonara la lucha. En aquella ocasión le contestó
“He jurado sostener la Independencia de América y sellarla con mi
sangre”.¡Gloria y Honor, entonces, a su entrega y Patriotismo!”.
La Prof.
Fernández expresó: “Recordando la Partida de Observación formada
Güemes en apoyo de la Primera Junta, con ayuda de los comerciantes,
gauchos jujeños acaban de evocar marchando a caballo desde la Ciudad de
Jujuy hasta Humahuaca, los actos de heroísmo protagonizados en ése
suelo. La Partida de Observación al mando de Güemes libró los primeros
combates contra los realistas que intentaban unirse a los de Córdoba y
Montevideo para aplacar la insurrección en Bs. Aires. Esos combates
fueron librados en Yavi y en Cangrejos, a mediados de 1810”.
Luego el poeta
Carlos Staffa Morris interpretó su obra: “Guitarreada
Güemesiana”. Posteriormente se entregaron Medallas de Honor a los
Abanderados y Escoltas. Por su permanencia, dedicación y esmero como
Abanderado de la Bandera Nacional, hizo entrega al señor Mario Huertas
–de Cachi, Prov. de Salta- el escribano Carlos Staffa Morris, miembro
del Instituto.
Por su
indeclinable y permanente colaboración, al Abanderado de la Bandera de
la Prov. de Salta, señor Roberto Manuel Casimiro –de Rosario de Lerma,
Prov. de Salta- entregó Patricia Cao Saravia, hija del empresario que
donó la construcción del Monumento al Grl. Güemes ubicado en Pampa y
Figueroa Alcorta, Palermo.
En
reconocimiento a su constancia y valiosa colaboración, a la Abanderada
de la Bandera de la Ciudad de Buenos Aires, Dra. Beatriz Signoretta
–nacida en Ciudad de Buenos Aires- entregó la Medalla correspondiente el
Dr. Paolo Barbieri.
Seguidamente,
el Comandante Lobalbo, de Gendarmería Nacional, hizo entrega de las
Medallas a los Escoltas. Bandera Nacional, Alberto Díaz, Luis Ance,
Mirta Castro y Jorge Elizalde. Bandera de Salta, José Guedilla y Héctor
Chávez. Bandera de la Ciudad de Buenos Aires, Rubén Herebia, Diana
Stiefel y Matías Torres. Bandera de la Provincia de Buenos Aires, Ester
Maidana y Regina Flesca, a quien Matías Torres, el integrante más joven
del Instituto en Buenos Aires, dio la Bienvenida.
Se destacó que
estas personas participan muchas veces fuera de la Ciudad de Buenos
Aires, portando la Bandera que preside Conferencias y Homenajes, a su
cargo.
Finalmente se
entregó al Centro de Residentes Salteños de la Zona Oeste del Gran
Buenos Aires, una constancia de gratitud por asistir al Homenaje. Luego
de agradecer la respetuosa presencia del personal de Gendarmería
Nacional, periodistas e invitados especiales, se procedió a la
desconcentración.
IV.
PRIMERA DECADA DE VIDA DEL
BOLETIN GUEMESIANO DIGITAL
Con motivo de
cumplirse los primeros diez años de vida del Boletín Güemesiano Digital,
se recibieron numerosos saludos entre los que se citan:
V.
PALABRAS FINALES
Mientras
redacto el Boletín, inevitablemente mi corazón se instala en Jamaica
donde esta mañana se abrió la tierra en la que fueron sepultados en el
año 1820 los restos de Juan José Fernández Campero. Casi dos siglos
después su sueño fue interrumpido y con el corazón palpitante Rodolfo
Martín Campero le dijo que es hora de regresar a casa.
Hacen cinco
años Rodolfo me escribía para expresarme éste, su más querido anhelo,
concretado después de una larga e infructuosa lucha. Una lucha que tuvo
trascendentes consecuencias ya que le deparó numerosas amistades y forjó
un firme respeto en quienes lo conocemos.
Cuando leía el
correo mediante el cual se presentaba, sentí que lo había escrito con el
corazón. Cuando tuve oportunidad de conocerlo supe que no me había
equivocado. Nos hermanamos en la lucha dando a conocer donde nos era
posible ese anhelo que él atesoraba, poniendo especial énfasis en el
porqué.
Ante el fracaso
de dos Proyectos de Repatriación que Rodolfo presentara sintió que era
un deber obrar de otra manera y en pocos días tomó la decisión: iría a
buscarlo. Y allá está, con su pasión y su esfuerzo. En la lejana
Kingston (tr: piedra o roca del rey). Cuando él y el Patriota Juan José
Fernández Campero vuelvan, celebraremos con júbilo ambos regresos. Sean
mis palabras una muestra de gratitud y reconocimiento para ambos.
Buenos Aires,
11 de Marzo de 2010
Día de la
exhumación de los restos de Juan José F Campero