EL BLOQUE SOCIALISTA. CRISIS Y
CAÍDA:
El bloque socialista europeo y la U.R.S.S. se encontraron al principio de los ´70,
en una etapa aparentemente favorable para su economía. La “crisis del petróleo”
– con un elevado aumento del mismo- había dejado a la U.R.S.S. en inmejorables
condiciones, ya que ésta última, era uno de los productores de petróleo, más
importantes a nivel mundial.
La reformas necesarias que
necesitaba el sistema comunista, fueron postergadas debido al ingente ingreso de
divisas que se producía gracias a la exportaciones petroleras. Al mismo tiempo,
la enorme cantidad de dólares de los países productores de petróleo del “mundo
árabe” – los denominados petrodólares- comenzaron a estar al alcance de aquellos
países que lo requirieran. Y la U.R.S.S. no fue la excepción. A través de los
organismos internacionales de crédito, el bloque soviético ingresó a su economía
cada vez más capitales y tecnología desde Occidente, quedando, en consecuencia,
fuertemente endeudado.
Bajo la conducción de Leónidas
Brezhnev, la U.R.S.S., aprovechó la crisis coyuntural que afectaba el sistema
capitalista occidental e incorporó a la órbita soviética a países como Vietnam,
Laos, Mozambique, Angola, Etiopía, Camboya, Yemen del Sur, Nicaragua y
Afganistán.
Esta situación favorable
políticamente, llevó a Brezhnev a querer superar el equipamiento armamentístico
de los EE.UU., pero este esfuerzo, llevó a tomar, en lo económico, medidas que la
U.R.S.S. no estaba en condiciones de realizar.
Los cambios ocurridos en la década
de los ´80, encontraron a la U.R.S.S. sumida en una carrera armamentística que su
economía y su equipamiento tecnológico, más temprano que tarde, no podrían
soportar. En el cercano oriente, un aliado de la U.R.S.S. como era Egipto, a través
de su presidente Nasser, había dejado su protección a partir del gobierno de
Sadat. Este último, había buscado solucionar sus problemas políticos y
económicos con un acercamiento a los EE.UU. y hasta firmó acuerdos con Israel.
En este período, el socialismo
llegó al poder en varios países europeos (Mario Soares en Portugal en 1976,
Felipe González en España en 1982 y Francois Mitterrand, en Francia en 1981)
pero no por esto, el comunismo lograba imponerse. Por el contrario, el comunismo
europeo comenzó a dividirse e incluso algunos partidos anunciaron la intención
de maniobrar independientemente de Moscú.
Con un producto bruto interno
equivalente a un tercio del de los EE.UU., la U.R.S.S., debía competir por la
hegemonía como superpotencia. Su influjo militar se había extendido notablemente
(invasión a Afganistán, topas en Europa Oriental, en la frontera con China,
etc.), además, debía competir por el predominio nuclear y en la carrera
misilística y espacial, sin contar con la ayuda económica y militar que debía
brindar a sus aliados que habían aumentado notablemente.
Pero lo peor, era que, no solo no
alcanzaba a competir con EE.UU., sino que tampoco cumplía con una política social
distribucionista equitativa que supuestamente debía cumplir un régimen
comunista. Las desigualdades entre el trabajador común y el “gran dirigente” se
profundizaban cada vez más. La burocratización era un problema acuciante para el
régimen y la economía comenzó a ocupar un lugar central en la U.R.S.S. La misma
prensa soviética, aceptaba que, el ausentismo provocaba importantes perdidas de
horas de trabajo. Las cifras indicaban, que prácticamente la mitad de la
población activa no trabajaba durante un año.
La estructura industrial soviética
se había transformado también en un inconveniente, ya que para su funcionamiento
exigía cuatro veces más energía, materias primas y acero que la de de los países
capitalistas.
En el plano político-militar, la
llegada al poder en EEUU de Ronal Reagan, con la duplicación del presupuesto
militar norteamericano y el programa implementado denominado “guerra de las
galaxias”, había obligado a la URSS a duplicar también el esfuerzo en cuanto a
la carrera militar.
La economía soviética, para los
años 80, presentaba un claro signo de reprimarización de la economía, es decir,
la exportación de materias prima superaba las ventas de productos
manufacturados.
En 1982, tras la muerte de
Brezhnev, sus sucesores, Yuri Andropov y Konstantin Chernenko, nada pudieron
hacer para mejorar la situación social y económica.
A partir de 1985, con la asunción
de Mijail Gorbachov, como Secretario General del Partido Comunista y presidente
del Soviet Supremo, se comenzó a cambiar de rumbo. Gorbachov lanzó dos reformas
que dieron que hablar: la perestroika y la gladnot. La perestroika significaba
un cambio en la “modernización” de la economía y la sociedad soviética, y la
gladnot se comprometía a una mejora en la transparencia informática.
A pesar de los cambios producidos
en el principal Comité Ejecutivo del Partido Comunista (Politburó), Gorbachov se
proponía una modificación mayor: sacar a la URSS de lo que él denominaba la “era
del estancamiento”. Gorbachov y su equipo diagnosticaban, que el “estancamiento”
era producto del aislamiento y apuntaban a establecer un régimen de libertades
que facilitara el contacto de los ciudadanos de la URSS con otras culturas y
países del mundo. Este no era un desafío menor, ya que no era fácil modificar,
en profundidad, el régimen de vida de los soviéticos. Una gran parte del pueblo
se sentía cómodo con un sistema que le proporcionaba una subsistencia
garantizada y una seguridad social, si bien de niveles modestos pero ciertos,
una sociedad igualitaria social y económicamente, exceptuando los privilegios de
la alta regencia del partido comunista.
Si bien Gorbachov, calificaba como
“era del estancamiento” a la gestión de Brezhnev, una parte del pueblo
soviético, la recordaba como un periodo de bonanza. Debido a esto último, la
“perestroika” no fue aceptada automáticamente y sin resistencia.
De todas formas, la renuncia al
uso de la fuerza por parte de la URSS para reprimir ciertas resistencias y
oposiciones hizo que se debilitara su dominación. En 1989, entre Agosto y
Septiembre, en Checoslovaquia y Hungría, miles de jóvenes y profesionales
comenzaron a emigrar hacia Alemania Occidental ante la pasividad de sus
respectivos gobiernos. Al poco tiempo se le sumaron al éxodo los alemanes del
este, que utilizaron esa vía para escapar del régimen comunista.
Hacia los años 80, en los países
centrales de Occidente, había comenzado la denominada “revolución científico-tecnológica”
y el mundo se intercomunicaba cada vez más y cada vez más rápido. Si la URSS y
los países del bloque comunista querían competir con Occidente, debían abandonar
la centralización de las decisiones de los dirigentes, generalmente radicados en
Moscú. Para esto, debían otorgar poder de decisión a los dirigentes regionales.
Esta postura, obviamente debilitaba al partido comunista y a sus dirigentes,
acostumbrados a monopolizar el poder político desde un centro de decisiones, a
la vigilancia y a la coacción. Este intento de salvataje del sistema desde el
nivel económico, produciría luego una debacle política que finalmente hizo
colapsar a la URSS.
En 1989, la caída del Muro de
Berlín, como hecho simbólico del final de una época, fue el comienzo de las
fases finales del sistema comunista en la URSS o lo que se llamó “el final de la
era de los socialismos reales”, que siguió por el desconocimiento del Partido
Comunista como único partido representante de la clase trabajadora, y el
reemplazo de la URSS por una comunidad de Estados Independientes a partir de
1992.
Mijaíl
Gorbachov nació en Stávropol, en el sudoeste de Rusia.
Participó activamente en política desde muy joven y pasó a ser líder
de la URSS en 1985. Transformó radicalmente las relaciones de la
URSS con Occidente y se le atribuye el mérito de frenar la carrera
armamentista y de concluir la Guerra Fría.
Trató de solucionar
los problemas políticos y económicos soviéticos con un programa de
reformas internas y, tras el desmembramiento de la URSS en 1991,
protagonizó varios intentos fallidos de regresar a la arena política
en Rusia. Recibió el premio Nobel de la Paz en 1990.
En 1989,
con la esperanza de que el pueblo soviético aceptase un nuevo
«comunismo de rostro humano», Gorbachov permitió elecciones libres a
algunos puestos en el Congreso de los Diputados del Pueblo (el
parlamento soviético). Sin embargo, pronto tuvo que enfrentarse a
las demandas de ampliación de estas concesiones planteadas por un
nuevo diputado electo, Boris Yeltsin.
LA CAÍDA DEL MURO DE BERLÍN:
La chispa que encendió la cadena de acontecimientos fue la decisión húngara de
permitir a los alemanes del Este el paso hacia Alemania Occidental. Cuando
intentaron hacerlo hacia Praga (Checoslovaquia), las autoridades de Alemania
Oriental cometieron un error fatal: aceptaron que pudieran pasar hacia Occidente
pero decidieron hacerlo de una forma que les provocara un humillación, los
obligaron a atravesar Alemania Oriental en tren para exponerlos al supuesto
desprecio de manifestaciones organizadas por el gobierno. Pero lo que sucedió es
que, en lugar de condenar a los refugiados, las manifestaciones se volvieron
contra el régimen.
Lo mismo sucedió en Bulgaria y Rumania. Una vez que cientos
de miles de personas hubieron salido a la calle en Leipzig, Dresdén y Berlín la
caída del muro fue inevitable y lo único que pudieron hacer las autoridades fue
limitar el daño. La posible represión de los levantamientos por parte de la
Unión Soviética era la única contención que evitaba la cadena de acontecimientos
en el Este. Una vez que el dique se desmoronó, las aguas contenidas cubrieron
los restos de un régimen que se venía abajo.
Miles de ciudadanos optaron por
abandonar el país por las fronteras, recientemente abiertas de Hungría y
Austria, mientras otros miles continuaban la resistencia a través de huelgas y
manifestaciones que culminaron en noviembre con una enorme concentración de 2
millones de personas que se fueron acercando al muro de Berlín y comenzaron a
derribarlo. El 9 de noviembre el gobierno permitió la libre circulación entre
las dos Alemanias.
La caída del Muro de Berlín,
inaugurado en agosto de 1961 con el fin de evitar el éxodo de la población de
Berlín oriental hacia occidente, era todo un símbolo del derrumbe del bloque
comunista.
(Ver el Marxismo en Rusia)
Prof. Pablo Salvador Fontana
LA DECLINACIÓN DEL COMUNISMO EN
EUROPA ORIENTAL: 1980-1993
Alemania Oriental,
1989 (agosto-septiembre). Fuga masiva de refugiados a Alemania occidental a
través de Hungría y Checoslovaquia; (octubre-noviembre), manifestaciones masivas
a lo largo del país; (9 de noviembre) se abre la primera brecha en el Muro de
Berlín, formalmente abierto entre diciembre y enero de 1990, lo que llevó a la
reunificación de Alemania.
Polonia,
1980. Formación del sindicato independiente Solidaridad; 1981 -1989, se impone
la Ley Marcial; 1989 (septiembre), el gobierno dirigido por Solidaridad asume el
poder; 1990 (enero), el Partido Comunista polaco se disuelve, pero sus
candidatos ganan las elecciones parlamentarias de 1993.
Checoslovaquia,
1989 (noviembre). Manifestaciones masivas se extienden desde Praga, lo que lleva
al colapso del régimen comunista. Y posteriormente, en 1992, cambió su nombre
por el de República de los Checos y los Eslovacos. En 1993, sube al poder
Vaclav Havel.
Hungría,
1989 (octubre). Fin del régimen comunista. El Partido Comunista húngaro se
conviene en Partido Socialista. En 1990, es elegido presidente Aer pad Góncz,
y, en 1991, el Partido Socialista gana las primeras elecciones parlamentarias.
Yugoslavia.
1988. Manifestaciones masivas contra las malas condiciones de vida y la
corrupción; 1989, Eslovenia y Croacia legalizan los partidos de oposición; 1990
(abril), Eslovenia y Croacia eligen autoridades no comunistas. De 1991 a 1993,
violenta guerra civil producto de los enfrentamientos etno-politiicos de las
repúblicas yugoslavas. El 25 de junio de 1993 asume el poder el socialista
Zoran Lilic en la República Federal de Yugoslavia (Serbia y Montenegro).
Rumania,
1989 (diciembre). Las manifestaciones masivas conducen a levantamientos armados
en Bucarest y Timisoara; la dictadura del presidente Nicolae Ceaucescu es
derribada y éste es ejecutado. En 1990, Ion Ceauescu es elegido presidente.
Bulgaria,
1989 (noviembre). El dictador Todor Zhivkov es sacado del poder por opositores
del Partido; 1991 (junio), entra oficialmente en vigor la Constitución
democrática de Bulgaria.
Ucrania,
1989 (julio). Los mineros del carbón se unen en una huelga sindical general y
piden mejores condiciones de vida y el fin del monopolio del Partido;
(septiembre). Primer Congreso Nacional del Rukh (Partido Nacionalista
Ucraniano); 1991 (octubre), el Parlamento de Ucrania acuerda crear un ejército
nacional propio; (noviembre), Filip Dimitrov es confirmado como primer
ministro.
Bielorrusia,
1989 (junio). Se funda el Frente Popular. Moldavia, 1989 (mayo). Se funda el
Frente Popular; (septiembre), el Soviet Supremo Moldavo vuelve a introducir el
idioma oficial moldavo y el alfabeto latino; 1990 (lebrero), el Frente Popular
obtiene el 75% de los votos en las elecciones. En 1992, el presidente de
Moldavia. Mircea Snegur, promete no dar autonomía al Transdniester.
Lituania,
1988. Se forma el movimiento independiente Sajudis; 1989 (mayo), el
Soviet Supremo Lituano declara la soberanía en 1990; (febrero), el Sajudis
obtiene el 63% de los escaños; (marzo), Lituania declara su independencia. En
1991 (agosto), se declara la independencia absoluta.
Letonia,
1988. Se forma el Movimiento para la Independencia Nacional; 1989,
manifestaciones anticomunistas masivas.
Estonia,
1983. Se forma el Partido para la Independencia Nacional; (noviembre), el Soviet
Supremo Estonio aprueba el derecho a vetar todas las leyes de la Unión; 1990
(marzo), se forma el Congreso de Estonia.