BOLETIN
GUEMESIANO Nº 141
ENERO DE 2012
PRESENTACIÓN
Iniciando el año se comparte un
interesante análisis sobre un tema polémico como es el de los
olvidos relacionados con el General Martín Miguel de Güemes,
realizado por un autor contemporáneo. Seguidamente se presenta un
breve y concreto resumen de la actuación de Güemes escrito por un
investigador salteño que desde joven radicó y desarrolló su extensa
carrera en la capital argentina. Finalmente se comparten las
novedades históricas y el correo de lectores.
CONTENIDO
I. EL OTRO GUEMES, por Gregorio Caro Figueroa
II. GUEMES Y LA DEFENSA DE NUESTRO TERRITORIO, por Miguel Solá
III. NOVEDADES HISTORICAS, por Jorge Sáenz
IV. NUEVA DISTINCION A LA AUTORA DEL BOLETIN GUEMESIANO DIGITAL
V. CORREO DE LECTORES
VI. PALABRAS FINALES
DESARROLLO
I. EL OTRO GUEMES
En “El otro Güemes”, de reciente
aparición, Gregorio Caro Figueroa realiza un interesante análisis
sobre olvidos reales y supuestos que afectan al Grl. Martín Miguel
de Güemes. Seguidamente se transcribe una selección de párrafos del
libro mencionado.
Bajo el subtítulo “De la injuria al
olvido”, Caro Figueroa expresa que Guemes “fue idolatrado y también
vituperado en vida. El acta del Cabildo de Salta que intentó
derrocarlo en mayo de 1821, calificó a Güemes como “un hijo nefando
y desnaturalizado de Salta”. Enfatizando ese odio lo llamó “bastardo
y monstruo”. Esos mismos cabildantes elogiaron y agradecieron al
realista Olañeta llamándolo “libertador de Salta”.
Días antes que una partida realista al
mando de Olañeta asesinara a Güemes en el centro de Salta,
opositores salteños cegados por el odio lo cubrieron de insultos:
funesto, maligno, perverso, fiera, abominable, exterminador,
déspota, pérfido, cacique, sacrílego, hijo de todos los vicios,
corruptor de la multitud, culpable de inauditos crímenes, vándalo,
aventurero, bárbaro, rufián, homicida, rapaz, Nerón, Calígula. La
prensa porteña no inventó nada: algunos salteños sirvieron insultos
en bandeja”, expresa Caro Figueroa.
Al tratar el tema “Los otros olvidos”
el autor expresa: “La escritura de la historia y la construcción del
culto a nuestros grandes hombres comenzó en 1862. Limitados por su
desconocimiento del pasado de las provincias del Noroeste, alguno de
esos primeros historiadores no tenían una buena opinión de Güemes.
Ellos estuvieron influidos por las opiniones del general José María
Paz en sus Memorias (1855) en las que critica a Güemes.
Juan Bautista Alberdi defendió a
Güemes y criticó a Mitre y su Historia de Belgrano y de la
Independencia Argentina (1858). Alberdi acusó a Mitre de querer
demostrar que la Argentina debía su independencia “a un general de
Buenos Aires (Belgrano) y no a un general de Salta (Güemes)”.
La política porteña, no conforme con
dejar sin tesoro a las provincias, se empeñaba en dejarla “hasta sin
gloria”, añadió. ¿Cómo puede afirmar Mitre que Güemes fue un
“caudillo funesto” que peleó más en la guerra civil que en la guerra
de la independencia y cuyo ejemplo contribuyó a la desorganización?”
Seguidamente Caro Figueroa agrega que
más tarde “Mitre reconoció que la que libraron Güemes y los gauchos
de Salta, Jujuy y Tarija fue “la más extraordinaria guerra
defensivo-ofensiva”, “la más completa”, “la más original” y “la más
hermosa de cuantas en su género puede presentar la historia del
Nuevo Mundo”. Por ello Salta y Güemes, añadió Mitre, se hicieron
acreedores “a la corona cívica y a la gratitud de los ciudadanos”.
No fue ése el único gesto de
reconocimiento por parte de Mitre. En 1894, como presidente y
fundador de la Junta de Historia y Numismática, propuso reconocer a
Güemes mandando acuñar una medalla conmemorativa de sus hazañas en
la era inolvidable de nuestra independencia”. La medalla se acuñó
con motivo del 73º aniversario “del trágico fin del glorioso
defensor de Salta”.
“Se aproximan los días de reparación y
justicia” para los que, como Güemes, “nos legaron una Patria libre y
soberana”, escribió Mitre en carta a un nieto del general. Ese
reconocimiento tuvo un aspecto menos conocido. En enero de 1806,
estando en su lecho de muerte, Mitre pidió que lo asistiera el
doctor Luis Güemes. Este lo acompañó en sus últimas horas”.
En cuanto a un posible desinterés
académico, Caro Figueroa dice: “Afirmar que historiadores porteños
ignoraron a Güemes o no reconocieron su aporte es, cuando menos, una
ligereza, además de un error. A finales de los años de 1930 Ricardo
Levene planteó la necesidad de “intensificar y abordar la
investigación y el estudio de la historia de las provincias”.
La historia argentina no se entiende
sin la de las provincias y éstas sin la historia nacional, dijo. El
primer plan de la Historia de la Nación Argentina que dirigió desde
la Academia Nacional de la Historia, incluyó un capítulo sobre la
guerra de recursos y Güemes, cuya redacción Levene encargó a un
joven militar: Juan Domingo Perón. Perón no escribió ése capítulo.
La acción de Güemes entre 1810 y 1821 fue tratada por Miguel Solá en
el volumen X de la Historia de la Nación Argentina dirigida por
Levene, que luego alentó la publicación de dos de las obras más
importantes de Atilio Cornejo: Historia de Güemes (1946), San Martín
y Salta (1951).
En los años ’40 otros académicos
publicaron trabajos sobre Güemes, entre ellos, Ricardo Levene, Julio
César Gancedo, Emilio Loza, Julio César Raffo de la Reta y Jacinto
Yaben. ¿Se puede decir que esa Academia, a la que se formula el
cargo de “mitrista y porteñista”, tuvo una deliberada actitud de
indiferencia, e incluso de rechazo, hacia Güemes?
Continúa expresando Caro Figueroa:
“Atilio Cornejo inventarió 264 obras sobre Güemes o referidas al
período en el que actuó. Del total, 169 fueron escritas por autores
no salteños y 95 por salteños o vinculados a Salta. La mayor parte
de esas ediciones se hicieron en Buenos Aires.
Todos los salteños que fueron o son
académicos de número de la Academia difundieron trabajos sobre el
tema en publicaciones de esa institución. Desde comienzos del siglo
XX la prensa porteña dedicó amplias notas y suplementos a la figura
de Güemes. En “Grandes biografías de los 200 años” editadas en 2010
por Clarín, la dedicada a Güemes apareció después de las consagradas
a Belgrano, Mariano Moreno y San Martín”.
Y finaliza expresando: “Hoy nadie duda
que Güemes es uno de los más importantes forjadores de la
independencia nacional y, por esto mismo, de su historia. No
reconocerlo es condenarlo al papel de caudillo de aldea, lugar al
que terminan condenándolo los mismos que aseguran Güemes aún no está
reconocido en la Nación”.
Caro Figueroa considera relevante que:
1) La primera medalla acuñada en
homenaje a Güemes fuera concretada por la Junta de Historia y
Numismática, antecedente inmediato de la actual Academia Nacional de
la Historia. El autor de la iniciativa fue Bartolomé Mitre, fundador
y presidente de esa Junta.
2) En el libro o álbum sobre hombres
públicos argentinos que prologó Mitre a finales del siglo XIX y que
se suele mencionar como el canon de la llamada "historia oficial",
aunque en el texto no hay una biografía de Güemes (si están San
Martín, Belgrano, entre unos pocos) Mitre menciona al general
salteño en el prólogo como uno de los más importantes hacedores de
la independencia argentina. Mitre diferencia a Güemes de los
caudillos provinciales que surgieron a partir de 1820.
3) Cuando se agravó su salud, Mitre
mandó llamar a un médico que lo asistió hasta su muerte. Ese médico
fue el doctor Luis Güemes, nieto del prócer.
Con gran frecuencia la autora del
Boletín Güemesiano es consultada sobre los olvidos en que se incurre
respecto a la figura del Grl. Güemes. Lo expuesto ¿brindará
respuestas o generará nuevas preguntas?
II. GUEMES Y LA DEFENSA DE NUESTRO
TERRITORIO
Según expresa Caro Figueroa, parte de
la Historia Argentina fue escrita por Miguel Solá, profesional
salteño residente en Buenos Aires, quien resumió la actuación del
General Martín Miguel de Güemes. De una de sus breves y precisas
obras se transcribe el comienzo, quedando lo que resta para
sucesivas ediciones.
En el capítulo de presentación el
autor expresa: “Creado el Virreinato de Buenos Aires por cédula real
de 8 de agosto de 1776, que comprendía las gobernaciones de Buenos
Aires, Tucumán, Paraguay y el Alto Perú, por la real Ordenanza de
Intendentes de 1782 fue subdividido en las Intendencias de La Paz,
Potosí, Cochabamba, Charcas, Buenos Aires, Córdoba, Salta y
Paraguay. La Intendencia de Salta sería la piedra angular de la
guerra de la Independencia de la América Española.
Mientras San Martín organiza el
Ejército de los Andes y obtiene las victorias de Chacabuco y Maipú,
tiene como respaldo las Milicias de Güemes, que en 1817 rechaza la
invasión de La Serna. En carta fechada en Santiago de Chile el 12 de
abril de 1818 San Martín decía a Güemes: “Mi amigo amado, hemos
triunfado completamente de los godos y hemos asegurado la libertad
de Chile. Sé cuánto agradará a usted esta noticia. Probablemente La
Serna se retirará precipitadamente y las Provincias del Perú serán
libres. Vamos amigo a trabajar con tesón ya que la causa de la
Patria va ganando terreno”.
En previsión de las consecuencias de
la victoria de Maipo, el virrey del Perú se dirigía al de Nueva
Granada pidiéndole refuerzos. En su respuesta, Sámano decía a
Pezuela: “La fatal derrota que han sufrido las tropas del rey,
nuestro señor, cerca de Santiago de Chile, pone a aquel virreinato y
a todo este continente por la parte del Sur en consternación y
peligro”. Esta contestación a las súplicas y temores del virrey del
Perú, era acompañada de un ejército de 1200 hombres, lo que debilitó
el poder realista en Nueva Granada y posibilitó la invasión de
Bolívar. La batalla de Maipo tuvo así como consecuencia inmediata la
victoria de Boyacá, que dio la libertad a Colombia. Cuando Bolívar
iniciaba su campaña en Nueva Granada escribía al general Páez: “… e
instruido también por las gacetas extranjeras de la célebre jornada
del 5 de abril de este año, en que el general San Martín, en las
inmediaciones de Santiago, ha destrozado un ejército español de 7000
hombres, haciéndole 3.000 prisioneros, entre ellos 190 oficiales, lo
que ha producido la libertad absoluta del Alto y Bajo Perú, he
determinado aprovechar la más bella ocasión para emprender con
suceso la libertad de la Nueva Granada”.
Independizado el Reino de Chile, San
Martín y Güemes combinan un plan estratégico para realizar la
expedición libertadora del Perú. Mientras el libertador de Chile
prepara y realiza su nueva campaña, las Milicias de Güemes rechazan
cuatro invasiones de los ejércitos realistas. El 28 de julio de 1821
San Martín proclamaba la independencia del Perú, vinieron después
las victorias de Junín y Ayacucho y la capitulación de La Serna.
Pero el general Olañeta, que había quedado con sus tropas en el Alto
Perú, se negó a tratar con Sucre y resolvió resistir. Ante esta
actitud tomada por el jefe realista, el general Arenales, gobernador
de Salta, marcha con una fuerte división para someter a Olañeta.
Pero el 2 de abril de 1825, la insurrección de Tumusla pone fin a la
vida del jefe realista. Con fecha 13 de aquel mes, el Gran Mariscal
de Ayacucho escribía al general Arenales: “Querrá dignarse vuestra
excelencia dar las gracias de mi parte a los bravos salteños que
desamparando sus hogares y los objetos más queridos al corazón
humano, se han precipitado a alistarse en las filas del mando de V.
E. para cooperar con nosotros en la libertad del Alto Perú.
Este noble sentimiento de patriotismo,
es para mí tan apreciable como cualquier servicio que hubieran hecho
en la campaña; y si la fortuna y la victoria hicieron que el
ejército completase la libertad y la paz de estos pueblos, antes de
llegar nuestros hermanos de Salta, no por eso es menor nuestro
reconocimiento que se multiplica hacia su digno jefe.
Los salteños, siempre valientes y
heroicos, fueron la barrera que se opuso a la tiranía española, para
que el poder de los enemigos de América no inundase las Provincias
Argentinas; y el Ejército Libertador, que en su corazón lleva la
suerte del nuevo mundo sin distinciones locales, agradece este bien
que rendido a las Provincias Argentinas refluye y escita la gratitud
de toda la América”. Dejamos así reunidos estos documentos
históricos en la piedra angular de la guerra de la independencia de
la América Española”, finaliza Miguel Solá.
III. NOVEDADES HISTORICAS
A fines de 2011 el Lic. Jorge Sáenz
informó sobre la aparición del Ensayo “Enigma de San Lorenzo” y la
culminación de la obra “Los Corsarios de Güemes”. Ambos libros
fueron escritos detallando el contexto estratégico europeo y
americano en que ocurrieron, lo que permite comprender los hechos de
una manera más amplia y definitiva. Al comentar el contenido de sus
últimas obras, el autor expresa:
EL ENIGMA DE SAN LORENZO
“Enigma” está vinculado con el
desembarco realista realizado en San Lorenzo el 3 de febrero de
1813, que culminó en el famoso combate, bautismo de fuego de los
Granaderos a Caballo y primer lucimiento del coronel José de San
Martín en América. ¿Por qué escribí el “enigma”? Porque la
historiografía existente dice que era una más de las incursiones
realistas de saqueo, y que buscaban en el convento de San Carlos
“los bienes de la zona”. Se agrega que días antes se habían
incautado de algunas gallinas y melones. Es decir que con la acción
de San Lorenzo, San Martín evitó un robo…
Sin embargo, debería llamar atención que para esa acción, los
realistas emplearon 11 buques, 320 hombres, dos cañones, bandera…y
¡banda! Del relato debidamente documentado, surge que el desembarco
en San Lorenzo fue parte importante de un plan elaborado por el
virrey de Lima, general Abascal, para establecer un enclave (o base)
donde se concentrarían los ejércitos realistas de Montevideo y de
Lima, para desde allí atacar Buenos Aires, foco de la revolución.
Efectivamente, el desembarco se
produjo el 3 de febrero de 1813 y el 20 de febrero de ese año,
Belgrano derrota definitivamente al ejército de Pío Tristán en la
Batalla de Salta, que bajaba hacia Córdoba y Santa Fe. Se revela en
este libro que la génesis de ese desembarco se produjo cinco años
antes en Río de Janeiro, a raíz de una entrevista entre el general
Goyeneche y la princesa Carlota Joaquina de Borbón. Un libro que
revela las intrigas de la corte portuguesa, la actitud de los
ingleses, los planes de Abascal de reconquistar el Virreinato del
Río de la Plata y la capitanía de Chile y el fracaso del proyecto.
También descubre las actividades de inteligencia de ambos bandos, es
decir: qué pensaban o creían los líderes respecto del otro, un tema
poco conocido, me parece que inédito, y por demás interesante.
Creo que la portada de los libros,
como la presentación de los platos en una buena mesa, son factores
de mucha importancia, porque despiertan el apetito del comensal o
atraen al lector. Para lograr esto último, se me ocurrió dibujar un
mapa antiguo (año 1812), donde puede verse el convento de San
Lorenzo en la ribera del río Paraná. Investigué sobre mapas antiguos
y los uniformes españoles y diseñé una manga de un supuesto jefe
español, que con su mano enguantada señala el objetivo: San Lorenzo.
Una vez confeccionada la manga en una fábrica textil marplatense,
donde vivo, lo difícil fue sacar la fotografía, dado que una de mis
antebrazos (el derecho) vestía la manga y con el brazo izquierdo
sacaba las fotos, unas treinta, hasta quedar satisfecho con el
ángulo, el cuadro y la luz. Me sentía ridículo, pero el resultado
fue bueno y ahora es tapa del “Enigma”, comenta Sáenz.
“LOS CORSARIOS DE GÜEMES”
“A medida que analizaba los documentos
pertinentes con el fin de dar conferencias o escribir sobre el
general Martín Güemes y sus milicias, fui interpretando sus
tácticas, personalidad y virtudes castrenses, llegando a la
conclusión de que fue el más brillante táctico de nuestra historia.
Si se edita este libro, llegará a tener unas 450 páginas más o
menos, y abarca desde la creación del virreinato, hasta la
entrevista de Guayaquil y lo tratado en ella, que para nuestra
historia – sólo nuestra historia- tiene carácter de misterio. Su
epílogo es infartante, porque revela los intereses de las grandes
potencias y quien fue el verdadero triunfante de la Revolución de
Mayo de 1810. Sin pelos en la lengua, se revelan hechos para nada
conocidos. Por ejemplo: que así como hablamos español en la
actualidad, podríamos estar hablando inglés (invasiones inglesas);
francés (intento de Napoleón de seducir a Liniers); portugués (apoyo
del ejército de Portugal a la conspiración de Álzaga) o ruso…
(permítanme guardar el secreto, que se revela en el libro). Se
descubre que los corsarios del río de la Plata al servicio de la
revolución, fueron los más numerosos de la historia del mundo.
Los aproximadamente 250 barcos
corsarios que enarbolaban nuestra bandera, colapsaron la economía
española, impidieron el enlace entre España y América del Sur y
mantuvieron en jaque a la navegación mercante. Un tema
interesantísimo y poco conocido. Lo que hizo Güemes, que tomó
contacto con los corsarios cuando estuvo en el Estado Mayor en
Buenos Aires en 1813, fue adaptar la reglamentación naval que regía
la actividad corsaria, que le permitió formar las “Divisiones
Corsarias” de caballería, cuya participación en la guerra en el NOA
fue muy importante y definitiva, en especial en 1820, durante la
invasión con 6000 hombres del general español Ramírez de Orozco,
contenida exclusivamente por los gauchos de Güemes entre los cuales
se encontraban esos corsarios. Fue en esa campaña, donde Güemes
establece exitosamente y en varias oportunidades lo que se denomina
“batalla campal”, con empleo de la artillería. Se relatan en la obra
aspectos aparentemente tan opuestos como el Motín de Aranjuez; la
Batalla naval de Trafalgar; la acción pirata de los vikingos; el
desembarco en Normandía; la diplomacia inglesa y sus intereses; los
orígenes del plan de los Andes y San Martín; una visita al
Cementerio Nacional de Arlington EE UU o al Panteón en Roma; y el
mencionado epílogo infartante.
A mi modo de ver, el lector podrá
interpretar contextual y ampliamente lo que fue la guerra por
nuestra independencia y sus resultados. Esta obra tiene 24
capítulos, 3 anexos, 37 gráficos, 248 llamadas. En uno de los
Anexos, puede analizarse en una Tabla lo que sucedía, en forma
simultánea, en Europa y América, con personajes, hechos y fechas.
Espero que pueda editarse pronto”, expresa Sáenz.
IV. DISTINCION A LA AUTORA DEL BOLETIN
GUEMESIANO DIGITAL
El 13 Diciembre de 2011 la Comisión
Amigos del Folklore, entregó a la Prof. María Cristina Fernández una
Mención de Honor en agradecimiento a la difusión, su carrera y el
aporte al Folklore Argentino, durante la Cena Anual del Folklore. La
distinción se realizó en mérito al guión, coordinación y dirección
general de las Obras Integrales en CD: “Güemes, el Centauro de la
Libertad”; “Abanderadas del Patriotismo”; “Héroes del Bicentenario
en el Cancionero Popular”; “Los gauchos de Güemes y los Granaderos
de San Martín” que durante los años 2009, 2010 y 2011 fueron
difundidas por radio nacional folklórica y radio difusión argentina
al exterior.
V. CORREO DE LECTORES
• Salvador Roberto Martínez, Pdte. del
Instituto Nacional Newberiano, expresó: “agradezco el Boletín
Guemesiano, que trasciende una mera tarea. Es el sentir de la Patria
misma, a través de su trabajo, incesante, con cariño y amor por lo
nuestro. Desde esta humilde trinchera Académica del aire, saluda con
el mayor de los afectos. ¡Viva la Patria!”
• El Ing. Martín Figueroa destaca que a lo narrado por el general
Andrés G. Camba nadie le puede quitar lo dicho, por que lo vivió.
También destaca lo referido en el Boletín Nº 140 respecto a lo
realizado en Tierra Santa y Roma.
• Livia Felce, anheló que se consoliden las justas aspiraciones de
insertar en la Historia Grande a Don Martín Güemes, reivindicándolo.
La escritora expresa que sintió emocionada el recorrido por Tierra
Santa y Roma agregando: “al recorrer la web dedicada al Grl. Martín
Güemes, en cada lectura comprendo más la ausencia de justicia
histórica para quien dio ejemplo de militancia por la Patria, de la
que hoy gozamos, sin saber quienes fueron todos los que dejaron la
vida por ella. Pensar que a los 36 años el Grl. Martín Güemes había
hecho de su vida una lucha permanente y una entrega sin dobleces,
dispuesto a secundar al Grl. José de San Martín... Cuánta vida
entregada a los ideales. Cómo hubiera cambiado la historia, y la
gloria final de la emancipación colonial, si la ayuda hubiera
llegado a tiempo, si todos hubieran mirado para el mismo lado”.
• El Instituto Nacional Belgraniano agradeció el envío del Boletín
Güemesiano Nº 140 aclarando “en esta oportunidad no coincidimos con
los conceptos vertidos en su artículo “La campaña de 1817” por el
Lic. Jorge Sáenz, acerca de la actuación del Grl. Don Manuel
Belgrano en dicha campaña”.
• El Lic. David Slodky envió el "Romancero de Güemes" realizado
sobre el poemario "Güemes" del poeta salteño Julio César Luzzatto,
que puede ser escuchado en
http://www.goear.com/search/David-Slodky/. Se trata de 16 romances
que poematizan la vida, el amor, la lucha y la muerte del héroe y la
Gesta Güemesiana. Cada romance dura entre uno y dos minutos
acompañado por un fondo musical que realza o envuelve lo tratado.
• La Dra. Beatriz Signoretta expresó: “Realmente emocionada al leer
tu extenso peregrinar en tierras de Israel e Italia portando nuestro
querido y respetado poncho salteño. ¡Cuánta historia el mismo guarda
y cuánto cariño por nuestra Patria también! Has hecho un relato
conmovedor, con el mejor de los corolarios: honrar la memoria de
nuestro siempre recordado y cercano en el espíritu SS Papa Juan
Pablo II. ¡Qué bien lucía ese poncho salteño en su persona,
resaltando aún más sus colores con el latir de su corazón santo!”
• Se recibieron atentas salutaciones, que se retribuyen, de Sandro
Olaza Pallero (Instituto Juan Manuel de Rosas); José María y
Graciela Torres; Mario Golman (investigador); Miguel Angel
Barrionuevo; Oscar Eduardo Lazcano Henry; Cap Raúl Medina Alvarado;
José Paz Garzón; Lic. Leonardo ibacache, entre otros.
VI. PALABRAS FINALES
¿Y entonces? Quizás sea la pregunta
que surja luego del primer artículo. Es difícil entender lo que
ocurre con Martín Miguel de Güemes. Cada vez que finalizo una
exposición sobre su gesta se repite la pregunta ¿por qué nada de
esto se sabe? Desde la inclaudicable difusión que se realiza por
escrito y verbalmente la pregunta es: ¿por qué se siguen escuchando
los mismos comentarios? Es común que docentes de todo el país pidan
ser orientados bibliográficamente sobre la Gesta Güemesiana. Lo
notable y preocupante es que muchas veces sean Profesores de
Historia quienes consulten. Durante la convocatoria a estudiantes de
nivel secundario a participar en un Concurso sobre Güemes, recuerdo
con singular sinsabor un llamado. Una Supervisora de Zona quiso
saber qué bibliografía se utilizaría ya que poseía un doctorado en
Historia y en toda su carrera había leído no más de dos páginas
sobre Güemes… Uno entre varios increíbles comentarios.
Ante tanto infortunio sólo queda
perseverar con este pequeño farol de luz, como llamó un lector al
Boletín Güemesiano Digital, agregando que “mientras una persona vea
más claro gracias a su luz, se justificará que se mantenga
encendido”. Hasta el próximo número.
Buenos Aires, 16 de enero de 2012