La
Habilidad
para el razonamiento y el procesamiento cerebral son signos de
juventud. Así, mantener en óptimas condiciones el sistema
cognitivo
es una forma de compensar el declive mental propio (e
ineludible) de! envejecimiento.
Ese órgano que pesa poco más de un kilo y que tenemos en la
cabeza, funciona como un control remoto que dirige movimientos y
pensamientos y también determina la dirección de algunos
sentimientos. Se entiende entonces por qué es tan importante
desarrollar y conservar sus capacidades.
El cerebro está en
constante evolución. Esto significa que puede enriquecerse
permanentemente. También quiere decir que envejece. Porque los
axones y dendritas (fibras nerviosas) disminuyen con el
transcurso del tiempo. ¿Cómo se evita el deterioro? Con una vida
sana (es decir, con una rutina físicamente activa y un plan de
alimentación adecuado), y además con determinados estímulos, ya
que la ejercitación mental es esencial para la creación de
nuevas ramificaciones y conexiones interneuronales.
El cuidado
del ambiente intelectual en el que una persona se mueve es
determinante para el buen estado de salud mental. Esto no quiere
decir que alguien deba estar razonando constantemente o
planteándose siempre dilemas de resolución compleja.
Simplemente, se trata de participar cada tanto, en forma
habitual y periódica, de actividades que inviten a recurrir a
las facultades mentales. Desde tomar clases o escuchar charlas,
hasta jugar a algo o leer materiales que no sean sólo pasatistas,
sino que lo impulsen a elaborar un pensamiento propio.
Hay ejercicios que sirven para aumentar el rendimiento mental.
Apuntan a potenciar ciertos aspectos de la inteligencia y la
concentración, fortalecer la memoria y acelerar la velocidad
para la resolución de problemas. Por ejemplo, hacer crucigramas, juegos de ingenio, resolver cálculos matemáticos. También
es fundamental realizar trabajos creativos. La creatividad
estimula la generación de nuevos conceptos, produce innovación y
posibilita concretar las ideas. Todo esto pone en funcionamiento
y potencia la habilidad mental. Estas actividades son muy
efectivas a la hora de proteger las células del cerebro y ayudan
a prevenir enfermedades como el Alzheimer y el mal de Parkinson.
Combatir el estrés crónico también es una manera de mantener
saludable la cabeza. Además de prevenir el deterioro general, el
entrenamiento de la mente contribuye a evitar la dependencia.
Una persona capaz de mantener sus facultades mentales preserva
su autonomía. Los beneficios de la independencia repercuten en
todos los planos del bienestar, especialmente en el emocional.
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